El ‘affaire’ con la familia Ingebrigtsen está llegando a tintes casi surrealistas. Tras ganar los dos oros en el Campeonato del Mundo de Nanjing, Jakob se fue directo al juzgado en Noruega para la vista por la denuncia a su padre Gjert por maltrato. En su declaración ante el tribunal, el atleta noruego describió una infancia dominada por el miedo y la manipulación.
“Mi infancia estuvo marcada en gran medida por el miedo. Me crié en un entorno donde no tenía libertad de elección ni voz propia. Todo estaba controlado y decidido por mi padre, que era extremadamente autoritario”, afirmó el bicampeón olímpico, cuyas palabras fueron recogidas por el periódico noruego Verdens Gang.
Jakob, de 23 años, detalló episodios de violencia física, incluyendo bofetadas y patadas en el estómago, algunas de ellas cuando tenía menos de ocho años. “Mi padre tenía muchos miedos e inseguridades, que canalizaba a través de la ira y la agresión contra quienes lo rodeaban”, explicó.
También mencionó un incidente en el que su padre lo golpeó tras recibir un informe negativo en la escuela cuando tenía ocho años. “Recuerdo que estaba aterrorizado. Me sentía como si hubiera hecho algo horrible y temía las consecuencias”, declaró ante el tribunal.
Habla Nordas
Tras romper con su padre en 2022 los hermanos Ingebrigtsen, Gjert pasó a entrenar a otra estrella del atletismo nórdico, Gilje Nordås, bronce en el Campeonato del Mundo de 2023. Nordas ha sido muy claro respecto a su relación laboral con ‘Papá Ingebrigtsen’: “Si se demuestra claramente que ha sido víctima de violencia o de abuso en sus relaciones íntimas, por supuesto que se acabó”, ha comentado en una entrevista para NRK. Me dice lo mismo que en el tribunal: Que es inocente y que eso no es verdad. “Entonces confío en él hasta que se demuestre lo contrario, basándome en la protección legal que tiene”, dice Nordås al canal estatal.
