La hija de ‘El Taca’, aparte de fisioterapeuta, es una voluntariosa atleta de 27 años que el 8 de diciembre será internacional absoluta por primera vez.
-¿Mi hija? Bueno, ha participado en dos campeonatos de España y le gusta con locura y lo compagina con su trabajo de fisioterapeuta en Segovia, y yo creo que llegará porque tiene 23 años. Pero paso a paso.
Hace tres años, una leyenda de nuestro atletismo como Antonio Prieto (66 años) me hablaba así de su hija Idaira.
Hoy, Idaira (que ya tiene 27 años) se ha clasificado para el Europeo de cross de Antalya (Turquía), que se celebrará el próximo 8 de diciembre tras su maravillosa actuación el pasado fin de semana en el cross de Itálica.
-Sabía que estaba en un gran estado de forma -explicó.
Entonces todos nos volvimos a acordar de Antonio (‘El taca, como lo llamábamos), que era un maestro del cross, de las miles de aventuras suyas que podríamos contar. Pero ahora nos conformamos con recordar su quinto puesto en el Mundial de cross que se disputó en el Hipódromo de La Zarzuela el 28 de marzo de 1981.
En realidad, Antonio fue un atleta que dejó huella en España no sólo por sus resultados (que fueron bestiales), sino también por su constitución física.
-Mi tipología era la de una persona que partía en desventaja y la gente siempre se pone a favor de los débiles. Yo era un atleta que no llegaba al 1,60 de estatura con el hándicap que eso significaba.
Idaira tiene otra constitución. Pero su apellido es como un palacio que refuerza la nostalgia de su padre, que entendió con rapidez que la de su hija sería una historia con final feliz.
– Fue en un cross en un Campeonato Autonómico en Castilla León. De repente, la veo a ella con una zapatilla en la mano y me la da al pasar la primera vuelta y sigue corriendo y yo pienso ‘esta se va a retirar’.
-Pero resulta que terminó la carrera –añadió el padre, que entonces ya era el entrenador de su hija.
Y quizá la hija no tenga el indomable talento que tenía el padre para correr.
– Idaira no es un gran talento -acepta el padre-, pero es muy trabajadora, muy responsable.
El 8 de diciembre, en el Europeo de cross, Idaira será internacional absoluta por primera vez en su vida.
Un paso más para materializar un 2024 “de ensueño”, como acepta ella, que en verano llegó a ser subcampeona de España de 5.000 metros.
Y entonces tuvo un gran detalle.
En sus redes sociales se acordó de los atletas que lo están pasando mal.
-El año pasado la que estuvo en esa situación era yo -escribió-. Sin embargo, ahora me tenéis encima del segundo cajón del podio. Desde aquí deciros que no os rindáis que sigáis luchando por vuestros sueños y que sobre todo confieis en vosotros.
Cinco meses después, Idaira será internacional absoluta. Es el precio de la voluntad que la hija heredó de su padre, un tipo que en el Mundial de cross de 1983 volvió a ser quinto y se quedó a tan solo 4 segundos de la medalla de oro: los tres primeros entraron en el mismo segundo.
Idaira tiene ahora la palabra: el 8 de diciembre en Antalya (Turquía).
De alguna manera es como volver al pasado: el regreso del apellido Prieto a un hábitat en el que se sentía muy a gusto y al que volverá como entrenador de su hija a la que ahora ya sólo puede acompañar en bicicleta en los entrenos.
-Las rodillas no me permiten correr -me explicó-. En cuanto intento hacerlo se me irritan.
Pero ése fue el precio de los años ochenta.
– Todos los entrenos de calidad eran con clavos. Terminábamos con los gemelos destrozados. Y no es que las zapatillas fuesen malas -añade-. En los 80 mejoraron muchísimo. Todas las marcas las tenían buenas. Pero yo sufrí casi todas las lesiones hasta una fractura de estrés.
Y todo eso lo sabe Idaira, entre otras razones porque ella también ha pasado malos momentos.
Pero, como pasaba en los ochenta, lo importante es no rendirse.