Invierno y preNavidad son sinónimo en Estados Unidos de pista cubierta y de ver en acción a las jóvenes promesas que se abren paso en la NCAA, la competición universitaria norteamericana y en la que se foguean atletas de todo el planeta. El último gran titular nos llega desde la Universidad de Boston. Allí se disputó un meeting en el que el 3.000 indoor era uno de los grandes reclamos. En la línea de salida estaban dos compañeros de equipo, de la Universidad de North Carolina, Parker Wolfe y Ethan Strand.
Dada la velocidad con la que corrieron las primeras 14 vueltas, el récord universitario de 7:36.42 establecido por Drew Bosley de Northern Arizona se daba por hecho que se iba a batir. ¿Pero por cuánto? Strand acabó venciendo con 7:30.15, más de seis segundos por debajo del antiguo récord universitario. Su colega Wolfe, apenas ocho centésimas por detrás. El público, anonadado, acababa de ver el cuarto 3.000 más rápido de siempre de un estadounidense, contando pista cubierta y aire libre. Tremendo.
Barbaridad
Sólo tres atletas han corrido más rápido, en pista cubierta o al aire libre. Todos ellos tienen medallas olímpicas: Grant Fisher (7:25.47), Yared Nuguse (7:28.23i) y Bernard Lagat (7:29.00). “Durante los últimos 200 metros me repetía a mí mismo que podía lograrlo”, dijo Strand en unas declaraciones que recoge ‘Let’s Run’. “Porque sabía que estaba lo suficientemente cerca como para pensar que podría alcanzarlo al final”. Por cierto, ambos acaban de fichar por Nike…
