Viajar para competir es una rutina exigente incluso antes de pisar la pista. Los vuelos largos y el estrés físico pueden poner en riesgo el rendimiento de cualquier atleta.
El Dr. Jonathan Finnoff, director médico del Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos, lleva años estudiando cómo mantener a sus deportistas sanos mientras cruzan el planeta rumbo a los Juegos Olímpicos. Y aunque sus consejos revelados en The Wall Street Journal nacen del alto rendimiento, muchos pueden aplicarse a cualquier pasajero que quiera llegar a destino descansado, sin mareos… y sin contagiarse de nada.
Finnoff recomienda asientos de ventanilla ubicados en el centro del avión, lejos del tráfico de pasajeros. “Cuanta menos gente pase junto a ti, menos exposición tienes a gérmenes”, afirma.
Además, sentarse junto a la ventana ayuda a descansar mejor, ya que evita interrupciones y permite controlar la luz natural.
Y en vuelos comerciales, como los de Ryanair, incluso las aerolíneas low cost han revelado sus mejores ubicaciones para viajeros frecuentes:
Un asiento cómodo y con poco movimiento no solo ayuda a dormir, sino que también reduce el mareo y el cansancio al llegar.
Desinfecta cada superficie que toca.
La bandeja del asiento puede tener más bacterias que un inodoro, así que es lo primero que hay que limpiar. Algunos atletas incluso usan toallitas antibacterianas para la puerta del baño antes de tocarla.
¿La boquilla de ventilación? Aconseja dirigir el flujo de aire entre uno mismo y el pasajero de al lado, creando una “cortina de aire” que ayuda a desviar microgotas y partículas respiratorias.
Más allá de la desinfección y el asiento perfecto, Finnoff insiste en un consejo simple pero poderoso: “Nada fortalece más al sistema immunológico que dormir”.
Su regla de oro: 7 a 8 horas de sueño de calidad por noche. Dormir poco aumenta el riesgo de lesiones y enfermedades, algo inaceptable para atletas que entrenan años por una sola oportunidad.