La organización de los Juegos Olímpicos de Los Angeles 2028 anunció recientemente una apuesta completamente rompedora en lo que al atletismo se refiere y respecto al calendario de pruebas. Los 100 metros femeninos se disputarán en un mismo día. Es decir, series, semifinales y final en el día inaugural de la competición olímpica. Normalmente se espaciaba para que las atletas tuvieran tiempo a recuperarse emocional y físicamente. Pero esta vez se ha buscado, para el bien del ‘show’, un formato en el que el inicio y el desarrollo de una de las pruebas reinas del atletismo se dirimirá en un solo día.
Más allá del lógico impacto mediático que puede tener celebrar una disciplina tan seguida en apenas unas horas de margen, no han faltado las críticas a una decisión de lo más controvertida.
“El sprint de élite es una prueba fisiológicamente agotadora. Los atletas someten sus cuerpos, en particular las piernas y, sobre todo, los isquiotibiales, a una enorme tensión. Estos músculos se contraen rápidamente para impulsar la pierna hacia atrás, impulsando el cuerpo hacia adelante con una fuerza explosiva. Al final de cada zancada, los músculos deben invertir la dirección, desacelerando la extremidad y preparándola para repetir el ciclo. Esto ocurre en milisegundos”, explica en una editorial el periódico jamaicano ‘The Cleaner’. Jamaica es la referencia, junto a Estados Unidos, de los 100 metros. Así que es una voz más que autorizada.
Puede afectar al rendimiento y, por consiguiente, al espectáculo
“Esta doble exigencia —propulsión potente y frenado preciso— convierte a los isquiotibiales en el motor y la defensa del sprint. Esta tensión hace que estos músculos sean susceptibles a lesiones durante las carreras. Pero mientras que los isquiotibiales soportan la mayor parte de la carga de la explosión necesaria para el sprint, todo el sistema musculoesquelético, desde la zona lumbar hasta la punta de los pies, se ve comprometido y sometido a tensión. Cada zancada de un atleta transmite fuerza a través de la columna vertebral, las caderas, las rodillas, los tobillos y los pies. Esto pone en juego una amplia gama de músculos y articulaciones. Todos ellos sufren fatiga y son vulnerables a las lesiones.
Si no se les da suficiente tiempo para recuperarse de una carrera, serán más susceptibles a lesionarse en la siguiente. O, será menos probable que un atleta alcance su máximo rendimiento”, añade el texto, analizando las graves consecuencias que puede tener esta decisión en las marcas y en el propio espectáculo.


















































