La Brooks Glycerin 23 llega como primer bombazo de Brooks para este 2026, es la siguiente vuelta de tuerca a una de las zapatillas de running para el entrenamiento diario más “premium” y más reconocibles del mercado: mucha comodidad, tacto mullido y esa sensación de zapatilla ‘para todo’ cuando lo que toca es sumar kilómetros sin complicarse la vida.
La novedad es que Brooks no se ha limitado a cambiar colores: hay cambios en geometría, amortiguación delantera y upper… con el objetivo de que notes estos ajustes cuando llevas 60’ de rodaje y te preguntas por qué no te fuiste a jugar a pádel.
La vida es demasiado corta como para sufrir en los rodajes fáciles.

Es una zapatilla con fama (ganada versión a versión) gran comodidad, de las que no prometen convertirte en Kipchoge pero sí ayudarte a encadenar semanas sin que tus pies entren en rebeldía, y ya os podemos avanzar que va a seguir siendo partícipe de nuestra selección TOP de los mejores modelos de Brooks.
En el terreno del entrenamiento diario amortiguado, el de “salgo a sumar kilómetros y que el mundo haga lo que quiera”— Brooks suele moverse con una idea clara: evolucionar con sentido. No tocar lo que funciona, pero sí ajustar lo que el mercado (y las piernas de los y las corredoras) van pidiendo: transiciones más naturales, un tacto más refinado y más amortiguación.

Por eso la Brooks Glycerin 23 interesa más de lo que parece a primera vista.
Porque no es solo “otra Glycerin con otro upper”: llega con más amortiguación en el antepié y un drop más bajo (8 mm), dos cambios que, sobre el papel, suenan discretos… pero que en carrera suelen notarse justo donde pasan las cosas: cuando el rodaje se alarga, la técnica se desordena y agradeces que la zapatilla te acompañe sin pedir explicaciones.
Si la Glycerin 22 ya era un sofá eficiente, la 23 busca ser ese sofá que además te deja levantarte con dignidad al día siguiente.

Qué cambia en la Brooks Glycerin 23
Más amortiguación en el antepié
Brooks lo dice tal cual: añaden 2 mm más de DNA TUNED en la parte delantera. Buscan que la fase final de la zancada sea más agradable (y con algo más de “empuje”) sin perder el aterrizaje blandito de siempre.
Drop de 8 mm
La bajada a 8 mm (desde 10 mm en la 22) es el tipo de ajuste que no suele ser muy llamativo pero que le cambia un poco el carácter: en general, más protagonismo del antepié y transiciones algo más “planas” (menos sensación de ir “sentado” atrás).
Geometría/plataforma: estabilidad
Brooks insiste en una plataforma ancha y en transiciones suaves y estables. Es la filosofía actual: estabilidad por base y diseño, no por “correcciones” agresivas.

Mediasuela: DNA TUNED, el corazón del asunto
La mediasuela de la Glycerin 23 mantiene DNA TUNED, el avance de Brooks en ‘ingeniería de producto’ que consiste en utilizar propiedades con nitrógeno inyectado, jugando con celdas de diferentes tamaños, que son capaces de funcionar de forma individual -y a su vez- conjuntamente de forma estratégica para dar como resultado el máximo confort y rendimiento.
El objetivo de Brooks con la tecnología DNA Tuned es crear un sistema de amortiguación y respuesta que proporcione la mejor experiencia sin que un factor reste al otro, utilizando diferentes materiales en una mediasuela integrada.

El resultado es una tecnología patentada de espuma supercrítica (DNA Tuned) que optimiza la amortiguación y la experiencia de carrera mediante dos tamaños de celdas distintos ubicados estratégicamente en la mediasuela.
Esta es la explicación que nos ofrece la propia Brooks: Las celdas más grandes en el talón proporcionan aterrizajes más suaves, mientras que las celdas más pequeñas y reactivas en el antepié (metatarsos + falanges de los dedos) ofrecen despegues rápidos.
Brooks ha hecho pasar a su nueva tecnología DNA Tuned pruebas mecánicas, mostrando mejoras significativas sobre el DNA Loft v3 (el material que ofrece más comodidad de toda la gama de Brooks y que está presente en la Brooks Glycerin Flex o la Glycerin Max 2).

Upper: nuevo knit, más “premium”
En la Brooks Glycerin 23, el cambio de upper no es solo estético: Brooks habla de un upper “moderno y aerodinámico” y, sobre todo, pensado para ganar suavidad, transpirabilidad y comodidad.

De “double jacquard” a “triple jacquard” (y eso se nota)
En nuestro repaso a la saga, Glycerin concreta el salto: el upper evoluciona de un double jacquard a un “enhanced triple jacquard warp knit”, con el objetivo de:
- Mejorar la sensación de confortabilidad
- Más transpirabilidad
- Un ajuste más uniforme, seguro y sin costuras molestas


El upper incorpora 58,1% de materiales reciclados. No te va a hacer correr más rápido, pero sí es una mejora objetiva del producto.
Suela RoadTack Rubber, más durabilidad
En una zapatilla de running para el entrenamiento diario como la Brooks Glycerin 23, la suela no está para lucirse, está para hacer el ‘trabajo sucio’. Porqué puedes tener una mediasuela blandita, un upper que abrace como un edredón nórdico… pero si la suela no agarra, no dura o convierte cada paso en una transición torpe, el idilio se acaba en el primer rodaje con lluvia o en la primera tirada larga por asfalto en mal estado.
Por eso Brooks insiste en una receta muy de la casa: goma fiable + diseño pensado para que el apoyo sea progresivo. Nada de tacos agresivos ni suelas “racing” para aparentar. Aquí la idea es que la Glycerin siga siendo lo que siempre ha sido: una zapatilla de entrenamiento diario que te deja sumar kilómetros con tranquilidad… y que, ya de paso, no te obligue a jubilarla antes de tiempo porqué la goma se ha desintegrado.

La plataforma de la suela es ancha y dispone de una gran base de contacto con el suelo, proporcionándonos estabilidad, pero también más superficie para traccionar bien, tanta cantidad de caucho también nos va asegurar la durabilidad de la suela de la zapatilla.
En la zona de los metatarsos circulan franjas bien divididas que van a permitir que la zapatilla sea flexible. La goma sólida es muy resistente al desgaste, pero poco flexible, y por eso hay que hacer esos cortes/franjas, de varios milímetros, para que la zapatilla flexione por allí. Brooks dice que ha reajustado estas ranuras de flexión del antepié para lograr transiciones más suaves y una flexión más “alineada biomecánicamente”.

Por atrás, un profundo hueco longitudinal trasero entre las dos islas de caucho van a ayudar a que esta Brooks Glycerin Max 2 sea más flexible al transicionar la pisada, también, va a ayudar a guiar la pisada desde el mismo momento en que el pie toca el suelo, hasta que éste despega para la siguiente fase de vuelo.

Detalle muy Brooks: mantienen el Segmented Crash Pad en el talón lateral, pensado para acomodar diferentes aterrizajes, reducir la carga en el primer contacto y ayudar a que la transición talón-punta sea más continuo
La profundidad del taqueado es mínima, lo que indica que -como toda la saga Glycerin- tiene el punto de vista en el asfalto y poco a a senderos y caminos.
Brooks Glycerin 23 viene equipada en su suela con el compuesto Roadtack, fabricada con una mezcla de goma y sílice reciclado que tiene como objetivo proporcionar más durabilidad sin que eso se traduzca en una ganancia de peso.
Gracias a la goma Roadtack, tendremos más garantías de adherencia si nos gusta salir a correr con lluvia.

Sus números
La altura de la mediasuela sigue subiendo un poco (39 mm por delante y 31 mm por detrás). Estos números nos siguen dando un drop que se reduce hasta los 8 mm.
El peso sube ligeramente y llega a los 300 gramos en el acabado hombre y 277 gramos en el acabado mujer.
¿A quién va dirigida la Brooks Glycerin 23?
Pues para un buen puñado de corredores y corredoras, especialmente si te identificas con alguno de estos perfiles:
- Si tu prioridad es la comodidad “premium” para sumar kilómetros: la Glycerin 23 sigue jugando en esa liga (rodajes, tiradas largas, días de fatiga). No es una zapatilla para impresionar, es para entrenar mucho sin dramas.
- Quieres algo versátil que no se achique ante tiradas largas. Aquí los kilómetros caen sin que la zapatilla pestañee.
- Tienes un peso elevado y necesitas un extra de amortiguación sin comprometer estabilidad.
- Eres de los que solo quiere lo mejor de lo mejor, con tecnologías punteras y materiales premium.
- Si te encanta una zapatilla tipo Glycerin Max 2 pero como eres un corredor o corredora de peso no elevado prefieres una zapatilla sin tanto material debajo los pies.

Claves a la hora de decidir su compra
Lo que te llevas:
Comodidad premium para sumar kilómetros: una daily trainer pensada para rodajes y tiradas largas sin peaje muscular.
Más “Glycerin” en el antepié: esos +2 mm delante deberían notarse cuando el rodaje se alarga y el cuerpo te pide más “suavidad”.
Upper más refinado: knit actualizado para un ajuste más uniforme y agradable, de los que funcionan especialmente bien en entrenos largos.

Lo que debes saber:
Precio gama alta: está en 180 €; compensa sobre todo si va a ser tu zapatilla principal y le vas a meter muchos km.
No es una zapatilla para correr “a gas”: va de confort y continuidad; para series y ritmos altos hay opciones más específicas.
Drop más bajo = posible mini adaptación: si vienes de 10–12 mm, dale unos rodajes para que gemelos y sóleo no se quejen de cambio.
Brooks Glycerin 23 sale oficialmente a la venta el 2 de enero de 2026 a un precio oficial de 180€.

























































