La campeona de heptatlón relata tocamientos, control psicológico y falta de apoyo institucional
El atletismo belga atraviesa una crisis tras la denuncia pública de Hanne Maudens, una de sus figuras más destacadas. La deportista, de 28 años, ha revelado haber sido víctima de abusos sexuales y psicológicos por parte de su antiguo entrenador, al que ahora acusa formalmente ante la justicia.
En una entrevista concedida al medio Dag Allemaal, la heptatleta explica que su retirada temporal de la competición no tuvo nada que ver con motivos físicos ni deportivos. “Me fui porque sufrí un comportamiento inaceptable por parte de mi exentrenador”, declara.
Según su testimonio, el vínculo profesional se transformó con el tiempo en una relación marcada por el miedo y la manipulación. Maudens describe una dinámica en la que predominaban los gritos, la humillación y un control absoluto sobre su cuerpo y su dieta. “Vivía bajo una tensión continua sobre mi cuerpo, mi rendimiento y mi aspecto físico”, recuerda.
Uno de los episodios más traumáticos habría ocurrido durante una concentración en Sudáfrica. La atleta cuenta que su entrenador le ofreció un masaje que pronto se tornó en una situación abusiva: “Me pidió que me quitara el sujetador, luego que me tumbara en el suelo. Se sentó sobre mí y comenzó a masajearme la espalda. A partir de ahí, mi mente bloqueó lo que pasó después”. Maudens asegura que solo a través de terapia especializada ha podido reconstruir parcialmente lo sucedido.
La deportista también denuncia la falta de apoyo de las instituciones deportivas. Afirma que la Federación Flamenca de Atletismo archivó su denuncia sin abrir ninguna investigación. “Borraron mi testimonio. Preferían evitar que el atletismo belga se viera afectado. Eso fue lo más doloroso”, lamenta.
Maudens subraya que el sistema deja a los atletas sin mecanismos independientes para denunciar casos de abuso. “No había ningún recurso independiente, todo dependía de la propia federación. Estábamos indefensos”, afirma.
Determinada a romper el silencio, la atleta ha emprendido acciones legales contra su exentrenador y exige responsabilidades a la federación. “Siempre somos los últimos en ser escuchados. Pero eso tiene que cambiar”, reclama.
Pese a todo, Maudens ha retomado los entrenamientos y mantiene viva la ilusión de competir en los Juegos Olímpicos de 2028. Su lucha, sin embargo, va más allá del deporte: busca que su testimonio sirva para transformar la cultura del atletismo belga y proteger a las futuras generaciones de atletas.