En los últimos años, la relación entre el ocio y la montaña ha evolucionado significativamente. La búsqueda de aventuras y de retos físicos se ha intensificado, atrayendo a un público cada vez más amplio: desde apasionados de la naturaleza hasta principiantes, desde urbanitas en busca de desconexión hasta deportistas experimentados.
Todos comparten el deseo de exploración, superación y regreso a lo esencial.
La PTL –Petite Trotte à Léon– de la HOKA UTMB Mont-Blanc lleva esa experiencia aún más lejos: trasciende el marco de la carrera para convertirse en una verdadera expedición humana extrema, sensorial y colectiva.
Este particular formato ofrece mucho más que un recorrido extremo: devuelve a los corredores a lo esencial de la aventura. De noche, las lámparas frontales jalonan crestas y pedregales. Refugios y vivacs improvisados ofrecen momentos de encuentro, diálogo y recuperación. En esta travesía, la experiencia se vive también desde la armonía con la montaña y el respeto hacia quienes habitan en ella: agricultores, pastores y ganaderos. Cada collado superado, cada valle descendido cuenta la historia de una superación colectiva, donde la ayuda mutua y la solidaridad están en el centro de la experiencia.
Este pasado lunes a las 8:00 de la mañana, 120 equipos de 2 o 3 corredoras y corredores han tomado la salida en el recorrido de la edición 2025, desvelado como de costumbre la semana anterior.
El programa de la PTL
- 300 km (~7 maratones consecutivos) y 25 000 m de desnivel positivo (el equivalente a subir tres veces el Everest), atravesando el Valais, el Valle de Aosta y el País del Mont-Blanc.
- Sin balizaje y en semi-autonomía, cada equipo debe gestionar la orientación, los avituallamientos y el ritmo en medio de paisajes alpinos de gran belleza.
- Aquí, el objetivo va más allá de la velocidad: avanzar juntos, apoyarse mutuamente y superar los propios límites físicos y mentales durante 5 a 7 días de esfuerzo intenso en los que la resistencia, la gestión de la fatiga y la cohesión del equipo son decisivas.
- Un equipo operativo trabaja en la oficina de carrera disponible las 24 horas durante los 7 días de esta semana, para garantizar la seguridad de las y los participantes en todo el recorrido.
La PTL consiste, sobre todo, en las historias humanas
Los Young de Yannawah – Una aventura entre hermano y hermana
Este equipo es en sí mismo una historia familiar: está formado por dos australianos, hermano y hermana, unidos por la pasión por la montaña. Milly Young, la hermana mayor, y Charlie Young, el hermano pequeño, forman un dúo cómplice donde la solidaridad y la aventura se viven en familia. En 2023 lo dejaron todo para instalarse en Chamonix y vivir a los pies de las montañas. Al año siguiente, en 2024, completaron con entusiasmo y humildad su primera PTL.
En 2025, el equipo regresa con la misma sed de aventura y con la voluntad de enfrentarse de nuevo a este desafío fuera de lo común. Su motivación: compartir una vez más esta experiencia única con voluntarios, corredores de todo el mundo y, por supuesto, con la montaña.
“Correr la PTL el año pasado fue un sueño, y estamos impacientes por descubrir el recorrido de la PTL 2025 (¡esperamos que sea aún más difícil y técnico!). Para nosotros es la carrera más bonita del mundo. Gracias por todo el trabajo realizado en el trazado, estamos deseando compartir de nuevo esta experiencia en la montaña con muchas personas extraordinarias de todo el mundo, así como con los formidables voluntarios de 2025. Merci, Grazie, Thank you”.
Las Aravissantes – Un equipo 100 % femenino
Mélanie Bastard Rosset, Charline Pelissier y Mélanie Douche forman un equipo 100 % femenino y plenamente cohesionado. Estas tres amigas de los Aravis se conocieron durante la Ultra Traversée des Aravis en 2022 y hoy se han lanzado a un nuevo reto que combina complicidad, determinación y pasión por la montaña.
“No somos corredoras de trail con grandes palmarés, ni influencers, pero disfrutamos de los placeres sencillos: el reblochon, los buenos momentos entre amigos, el génépi, las largas jornadas en la montaña, las veladas al calor del fuego y, sobre todo, ¡la aventura!”
