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Luanvi entra en concurso de acreedores

Durante décadas, Luanvi formó parte del paisaje habitual del deporte español. Estuvo en los banquillos, en las gradas, en los podios, en los partidos de barrio y también en los grandes estadios. Ahora, la histórica firma valenciana atraviesa su momento más delicado: ha entrado oficialmente en concurso de acreedores.

La noticia ha caído como un jarro de agua fría en el entorno deportivo. Luanvi ha vestido a equipos de fútbol como el Valencia, el Villarreal o el Levante, y fue patrocinador del Valencia Basket. También ha estado presente en maratones como los de Valencia y Málaga, y ha sido proveedor de la Federación Española de Voleibol.

Lo que para muchos era solo “la marca de las camisetas” era, en realidad, un símbolo de identidad local con proyección nacional. Fundada en los años setenta por los hermanos Luis, Antonio y Vicente Tarancón, empezó vendiendo disfraces, pero pronto encontró su hueco en la ropa deportiva. Desde entonces, creció al ritmo del deporte en España.

El último año, sin embargo, ha sido un torbellino para la empresa con sede en Paterna. Problemas logísticos, cambios en la cadena de suministros, acumulación de stock y decisiones estratégicas terminaron por desestabilizar a la compañía. A eso se sumaron los efectos arrastrados de la pandemia y la pérdida de patrocinios clave. Todo ello desembocó en una asfixia financiera de la que no pudieron salir.

El fallecimiento de Vicente Tarancón en la riada de octubre de 2024 fue otro golpe emocional para la empresa familiar. Desde entonces, la dirección quedó en manos de su hijo, Javier Tarancón García, quien intentó rediseñar el rumbo con un nuevo plan para recortar gastos y reorientar la producción. Incluso se vendió la nave donde operaban, que la propia empresa ahora alquila. A pesar de esos movimientos, no fue suficiente.

Luanvi intentó renegociar con los bancos, reordenar su modelo de negocio y centrarse en acuerdos estratégicos como el firmado con New Balance, que le concedía la distribución de sus equipaciones deportivas en España y Portugal. Pero el margen de maniobra era cada vez más estrecho.

El juzgado mercantil número 2 de Valencia aceptó a mediados de junio la solicitud de concurso. Desde entonces, un administrador concursal se encarga de gestionar el proceso, con el objetivo de proteger lo que queda del patrimonio de la firma y buscar soluciones para las obligaciones pendientes.

Uno de los efectos inmediatos ha sido el cambio en la organización del Medio Maratón Valencia, que ha tenido que actuar con rapidez. Las camisetas para la próxima edición ya están compradas y no llevarán el logotipo de ninguna marca, aunque ya se barajan nuevos patrocinadores para 2026.


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