Nos encanta relatar este tipo de hazañas. Y, de vez en cuando, suelen llegar de tierras andinas, donde deportistas indígenas, acostumbradas a recorrer kilómetros y kilómetros por terrenos escarpados y con desniveles imposibles, a veces se disfrazaban de héroes. O heroínas, como en este caso.
Candelaria Rivas se presentaba a los 63 kilómetros del Ultramaratón de los Cañones, en el municipio de Guachochi (en el estado mexicano de Chihuaha), después de andar la friolera de 14 horas para poder estar en la línea de salida desde su comunidad. Un esfuerzo que, lógicamente, debió hacer luego para regresar a casa.
Debut competitivo
El caso es que la deportista mexicana debutaba en una carrera. Y lo hacía, además, sin ningún tipo de tecnología. Y ganó en unas siete horas y media. Superó a otras atletas mucho más experimentadas y completó el recorrido en siete horas y media. “Ya conocía la carrera que se da aquí cada año. Nunca había participado, pero llegué este año a inscribirse ahí por el mes de abril”, dijo tras la prueba.
“Llegué con mi esposo desde el municipio de Guadalupe y Calvo a una comunidad que se llama Choreachi. Del otro lado de la barranca de la Sinforosa”, dijo acerca de la odisea para llegar a Guachochi. Así lo relata ‘El Universal’ de México.