Hubo un tiempo (cuando era joven) en el que los chavales ligaban en la uni, en bares oscuros o, si eran más osados, pidiendo el Messenger en el momento de despedirse.
Pero en la era del running, las cosas han cambiado.
Ahora, si quieres encontrar pareja o, al menos, una buena excusa para pasar más tiempo con alguien que te interesa, la solución es simple: únete a un club de running y apúntate a carreras populares.
El running como catalizador social
A pesar de que correr es, en esencia, un deporte individual, la fiebre de los clubes de running ha convertido cada entrenamiento en un afterwork sin alcohol (o con, si el post-entreno lo permite).
Jóvenes (de todas las nacionalidades) que antes se aburrían en el gimnasio ahora descubren que trotar al lado de alguien que respira fuerte es el nuevo “miradita en la barra del bar“. Y es que en los grupos de corredores y corredoras se forman amistades, se comparten geles energéticos y, por qué no decirlo, surgen romances a ritmo de pulsaciones por minuto.
Carreras populares, ¿la nueva cita romántica?
Olvida las cenas caras y las citas de cine con palomitas grasientas.
La verdadera prueba de compatibilidad de una pareja es una carrera de 10K en la que uno de los dos revienta en el kilómetro seis.
Aquí es donde se ve quién espera, quién motiva y quién grita “¡vamos, que queda poco!” cuando aún queda un repecho infernal (esa calle Lleida en la Jean Bouin). En el universo del running, acabar juntos una carrera es más significativo que un “buenos días” con emoticono de café.

Amor en la línea de meta
Las carreras populares, además de ser un campo de batalla contra el crono, son un nido de conexiones humanas. Desde el que ayuda a colocarse un dorsal (contacto físico sutil pero efectivo) hasta el que comparte agua en el avituallamiento (nivel de compromiso avanzado).
Y luego está la magia del final: el abrazo sudado en la meta que, dependiendo de la química, puede terminar en una cerveza post-carrera o en un futuro juntos comprando zapatillas de running en pareja.
¿Funciona realmente?
Más de un y una joven ha pasado de la soltería crónica a la felicidad en zapatillas gracias al running. No hay algoritmo, no hay “ghosting”, solo gente quedando para correr, charlando sobre las carreras a las que se van a apuntar y, poco a poco, encontrando más excusas para alargar los entrenamientos.
El running no solo ayuda a desconectar de la rutina, también a conectar con otros. Porque si sobrevivís juntos a una tirada larga bajo la lluvia, ya nada os podrá separar.
Así que, si buscas mejorar tu vida amorosa, no hace falta que te abras otra app de citas. Simplemente, ponte las zapatillas, únete a un club como el BCTEAM y deja que el sudor haga su magia.