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Silent Walking, ¿cómo puede hacerte mejor corredor/a?

En nuestro día a día como corredores y corredoras buscamos constantemente métodos para mejorar la forma y reducir el riesgo de lesiones.

Y la mayoría de las veces, estas mejoras en nuestro rendimiento vienen de la mano de un entrenamiento estructurado y un buen grupo de entrenamiento de running.

Sin embargo, hay prácticas complementarias como el silent walking -o “caminar en silencio”- que han empezado a llamar la atención a muchas personas que lo practican como proceso de recuperación física y mental, en una sociedad donde lo digital lo invade todo.

¿Qué es el Silent Walking?

El silent walking es una práctica ultra-sencilla que simplemente implica caminar sin distracciones: sin música, sin podcasts y, sobre todo, sin el ruido constante de la tecnología que suele acompañarnos e todo momento.

Esta tendencia se centra en experimentar plenamente el momento presente mientras caminamos, conectándonos con los sonidos de la naturaleza, el ritmo de nuestros pasos y nuestra respiración.

¿Por qué los corredores/as deberíamos probarlo?

En un entorno de entrenamiento cada vez más digitalizado, donde muchos y muchas medimos cada segundo y cada metro en nuestra app del reloj GPS, o subiendo la actividad a plataformas online, el silent walking nos ofrece un respiro a todo esto y nos permite reconectar con el propósito que nos llevó a muchos de nosotros a correr en primer lugar, desconectar.

La práctica de caminar en silencio nos puede ayudar a los corredores/as en:

Mejorar la consciencia corporal

El silencio durante una buena caminata a pie puede ayudarnos a sentir mejor cómo se mueve nuestro cuerpo, dándonos tiempo para detectar cualquier tensión muscular, sin las prisas habituales.

Esta mejora en la percepción corporal se puede trasladar a la carrera, permitiéndonos ajustar mejor la postura al correr, con el objetivo de acabar mejorando nuestra eficiencia y técnica en la zancada para evitar así lesiones indeseadas.

Reducir el estrés y la ansiedad

Correr es nuestra fantástica vía para liberar el estrés, pero también es una actividad que requiere mucha energía y concentración (cuando tenemos por ejemplo un rodaje a tempo).

El silent walking, en cambio, proporciona una oportunidad para descansar la mente sin la presión de mantener un ritmo.

Caminar en silencio puede ayudarnos a reducir el estrés acumulado, algo que influye directamente en la recuperación muscular y nuestro estado de ánimo general.

Aumentar la resiliencia mental

La práctica de caminar en silencio puede ayudarnos a entrenar la paciencia y a desarrollar una mentalidad de “escucha” hacia nuestro propio cuerpo.

Al practicar silent walking regularmente, nuestra capacidad para enfocarnos en los entrenamientos y las carreras del fin de semana puede mejorar, ya que nos acostumbramos más a estar en sintonía con nuestras sensaciones (esas que van acabar a decidir si corres o no esa carrera) y a enfrentar momentos de ‘incomodidad’ o sufrimiento con mayor calma y cabeza.

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¿Cómo integrar el silent walking en nuestros entrenamientos?

Integrar el silent walking no requiere grandes cambios, solo algo de intención y tiempo. Aquí algunos consejos para empezar:

  1. Dedicar 10-15 minutos de silent walking antes o después de correr (ca-co): Antes de salir a correr, podemos hacer una pequeña caminata en silencio que nos ayude a concentrarnos y a activar los músculos de forma suave. Si decidimos hacerlo después (como un enfriamiento), nuestro cuerpo y mente se beneficiarán del efecto calmante para facilitar una mejor recuperación.
  2. Elegir un lugar tranquilo: Debemos escoger una ruta donde podamos caminar sin interrupciones, como un parque, un sendero o una zona sin tráfico. La idea es minimizar cualquier fuente de distracción, y un entorno natural puede ser ideal para aumentar los beneficios.
  3. Sé consistente, pero flexible: No es necesario hacerlo todos los días, ni mucho menos. Podemos integrar el silent walking en nuestra semana de entrenamiento como una herramienta de descanso activo o regeneración mental en días de recuperación.
  4. Presta atención a los detalles: Nos debemos fijar en nuestra respiración, en cómo sentimos el peso de nuestros pies al tocar el suelo y en el entorno. La idea es estar presente, sin juicios ni expectativas, simplemente escuchando el cuerpo.

Beneficios -a largo plazo- del Silent Walking para corredores/as

La consistencia es la clave.

Como cualquier actividad física, los efectos del silent walking son graduales, y a los corredores y las corredoras que lo practican regularmente, les ayudará a reducir el estrés crónico, uno de los mayores obstáculos en el entrenamiento de resistencia.

Además, al fortalecer la conexión entre mente y cuerpo, el silent walking puede ayudarnos a prevenir lesiones, ya que nos permite estar más alerta a cualquier incomodidad o desequilibrio.

En resumen

El silent walking es una práctica simple pero efectiva para los corredores y corredoras que buscamos equilibrio y una conexión más profunda con nuestro propio cuerpo.

Puede parecer contraintuitivo a primera vista en un mundo de entrenamientos a alta intensidad, pero precisamente ahí radica su valor.

Tomarse unos minutos para caminar en silencio -sin ninguna distracción digital- es una forma accesible y gratificante de cuidar tanto de la mente como del cuerpo, mejorando nuestro rendimiento y promoviendo un enfoque más sostenible hacia el running.

Si buscas una manera de llevar tu entrenamiento al siguiente nivel (hacer las cosas diferentes para obtener resultados diferentes) desde la perspectiva del bienestar corporal, el silent walking es una opción que vale la pena probar.


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