Carlos Sáez es mucho más que un atleta rápido. Es un superviviente. A los 17 años, cuando su carrera deportiva apenas despegaba, sufrió un ictus isquémico mientras practicaba apnea en la playa de la Barceloneta. Un golpe en la cabeza contra una boya le paralizó y le dejó fuera del deporte durante meses, algo extremadamente inusual a esa edad.
“El ictus más joven que habíamos tratado”, recordaba la doctora Elisa Cuadrado a TV3, neuróloga del Hospital del Mar. Tras múltiples pruebas, se detectó una arteria dañada lo que permitió su recuperación sin secuelas físicas, aunque con un durísimo impacto emocional.
Así que la historia detrás de este resultado es larga y compleja. Pasó semanas durmiendo 20 horas al día, sin fuerzas ni rumbo. “Estuve dos meses durmiendo casi 20 horas al día. Pensé que mi sueño de ser atleta de élite se había roto para siempre”, admitió. Tardó en recuperar el nivel y en bañarse en la playa donde ocurrió el accidente.
Recientemente, dejó atrás una infección dental ‘invisible’ que lastraba su rendimiento los últimos años. “Es como si me hubieran quitado un peso de encima. Por fin noto que todo fluye”, nos señaló esta pasada semana santa. Su potencial, por fin, empezaba a brillar.
Ayer, corrió los 1500 metros en 3:35.18 en Nerja, una de las mejores marcas españolas del año y un salto de calidad que por fin le coloca donde siempre apuntó. Bajó más de dos segundos su anterior registro personal, y lo hizo apenas una semana después de superar el covid.
La temporada pasada nos dejó grandes destellos, con un subcampeonato absoluto de pista cubierta en Orense y un un bronce en el Campeonato Iberoamericano de Cuiabá (Brasil), mientras seguía arrastrando esos problemas de salud ahora resueltos. Con unos últimos metros demoledores, eran señales de que estaba volviendo.
Su entrenador actual, Antonio Serrano, uno de los técnicos más respetados del atletismo español, ha sido clave para que Sáez que milita en el Albacete explote su potencial. Carlos Sáez ya no es solo el atleta que sobrevivió a un ictus. Es también el atleta que ha vuelto para quedarse.