Verdeliss subió fotos entrenando a pocos días de enfrentarse a los 90 km de la Comrades Marathon. ¿El revuelo? Comentarios a su físico. “Estás demasiado delgada”, “Cómete un cocido”, “Qué horror”. Lo de siempre. Pero esta vez, con una respuesta que merece ser escuchada.
Verdeliss no se defendió: se reivindicó. Porque ese cuerpo que muchos se atreven a juzgar desde el sofá, está en plena forma. Corre maratones, gesta vidas (ocho, para ser exactos), duerme poco, cría, trabaja, y aún así sonríe. Y funciona. Vaya si funciona…
La influencer no solo corre carreras, también esquiva prejuicios. Responde sin victimismo y con algo cada vez más raro en redes: admiración por sí misma. No desde la vanidad, desde un cuerpo que ha sido casa, motor y refugio. Y eso incomoda.
El juicio sobre los cuerpos femeninos sigue siendo el pan de cada día. Llega el verano y con él, el desfile de opiniones no pedidas. Da igual si estás fuerte, delgada, embarazada, recuperada o en modo madre 24/7. Siempre habrá alguien dispuesto a señalar. Pero Verdeliss lo deja claro: quien quiera crearle un complejo, tiene la batalla perdida.
En medio del culto a la apariencia, su mensaje es poderoso: hay que valorar los cuerpos por lo que hacen, no por lo que aparentan. Su físico, lejos de ser una “alarma estética”, es el de una mujer que ha llevado al límite todas sus versiones, y ha salido reforzada. Literalmente: a 13 días de correr 90 kilómetros. ¿Cuántos pueden decir eso?