El té matcha ha ganado popularidad como una alternativa saludable al café, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Su perfil de cafeína y antioxidantes lo convierten en un competidor interesante frente al café tradicional. A continuación, se analiza su impacto en el organismo y las diferencias principales entre ambas bebidas.
El café es conocido por su alto contenido de cafeína que proporciona un estímulo energético inmediato. En contraste, el matcha contiene alrededor de 70 mg de cafeína por cada dos cucharaditas (aproximadamente 4 gramos de polvo), pero su liberación es más gradual debido a la presencia de L-teanina, un aminoácido que modula la absorción de la cafeína y favorece un estado de alerta sin picos bruscos de energía.
A diferencia del café, que puede provocar un incremento rápido de energía seguido de una caída pronunciada, el matcha ofrece una sensación de energía más estable a lo largo del día, reduciendo la probabilidad de fatiga repentina o nerviosismo.
Beneficios para la salud
El té matcha y el café tienen propiedades antioxidantes, aunque el matcha es particularmente rico en catequinas, especialmente en epigalocatequina galato (EGCG), un compuesto con efectos antiinflamatorios y potenciales beneficios en la prevención de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Por otro lado, el café es una fuente importante de polifenoles y ácidos clorogénicos, que también ofrecen protección contra enfermedades neurodegenerativas y metabólicas.
El consumo moderado de café se ha asociado con una reducción del riesgo de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson, gracias a su impacto en la función cognitiva y en la prevención del deterioro neuronal. Asimismo, se ha observado que el matcha puede contribuir a la reducción del estrés y la ansiedad debido a su contenido de L-teanina, lo que lo hace una opción atractiva para quienes buscan mantener un estado de calma y concentración prolongada.
Otro aspecto a considerar es el impacto en la salud digestiva. Mientras que el café, debido a su acidez y efecto estimulante en el tracto digestivo, puede provocar molestias estomacales en algunas personas, el matcha es generalmente más suave y menos irritante para el estómago. Sin embargo, el consumo excesivo de ambas bebidas puede generar efectos adversos como insomnio, nerviosismo o dependencia de la cafeína.
Perfil y gusto
El matcha tiene un sabor terroso y ligeramente vegetal, que puede ser más difícil de aceptar para quienes están acostumbrados al café. En comparación, el café presenta una amplia variedad de perfiles de sabor, desde notas afrutadas y ácidas hasta matices achocolatados y especiados, dependiendo del origen del grano y el método de preparación.
Impacto en el rendimiento físico y cognitivo
Tanto el café como el matcha pueden mejorar el rendimiento físico y cognitivo, aunque de maneras diferentes. La cafeína en el café es conocida por aumentar la producción de adrenalina, lo que puede mejorar el rendimiento deportivo y la resistencia en ejercicios de alta intensidad pero este efecto puede ir acompañado de un aumento en la frecuencia cardíaca y una sensación de nerviosismo si se consume en exceso.
Por su parte, el matcha proporciona un impulso energético más equilibrado y sostenido, lo que puede ser beneficioso para deportes que requieren concentración prolongada. La combinación de L-teanina y cafeína ha demostrado mejorar la memoria, el tiempo de reacción y la capacidad de atención sin los efectos secundarios negativos asociados al café.
En el ámbito laboral y académico, la elección entre matcha y café dependerá de las necesidades individuales. Para quienes requieren un estímulo rápido para afrontar tareas exigentes, el café puede ser la mejor opción. Para aquellos que buscan mantener la concentración sin interrupciones ni picos de energía, el matcha puede ser más adecuado.
Adaptación al cambio
Los efectos de sustituir el café por matcha pueden variar según el consumo previo de cafeína. Algunos estudios indican que el cambio puede reducir síntomas de abstinencia como dolores de cabeza o fatiga, gracias a la presencia de cafeína en el matcha.
Al contrario, al volver al café después de un período de consumo exclusivo de matcha, algunas personas pueden experimentar síntomas leves de readaptación, como dolores de cabeza o mayor sensibilidad a la cafeína. La clave en ambos casos es ajustar la cantidad y la frecuencia de consumo según la tolerancia individual.
El matcha representa una alternativa al café con beneficios como una menor variabilidad en los niveles de energía y un alto contenido de antioxidantes. Su sabor y su coste pueden ser factores determinantes, pero es una opción viable para quienes buscan reducir el consumo de cafeína sin comprometer la concentración. En cambio, para quienes disfrutan del efecto estimulante inmediato del café, el matcha puede no ser un sustituto completo.