Cuando se habla de atletas de élite, es fácil centrarse en su volumen de entrenamiento, su genética o su palmarés. Pero una parte esencial del rendimiento está en algo mucho más cotidiano: la comida. En un vídeo reciente, Jakob Ingebrigtsen nos muestra con naturalidad qué come en un día de entrenamiento. Spoiler: no es nada extravagante.
Desayuno: frutas, granola, café… y precisión
Jakob empieza el día a las 9:00 con un desayuno que él mismo prepara. La base es fruta fresca (fresas, uvas, plátano, manzana), yogur, requesón, granola y un toque de miel. Todo acompañado, por supuesto, de su café matutino. No es un desayuno muy pesado, pero sí rico en carbohidratos de absorción rápida y media, con algo de proteína y fibra.
Una curiosidad divertida: corta la fruta con una precisión casi quirúrgica. “No estoy simplemente cortando una manzana, lo hago con precisión”, bromea. Acompaña la mañana con un vaso grande de agua con una pizca de sal, para ayudar a la rehidratación tras la noche y compensar las pérdidas por sudor.
Post-sesión: hambre y espera
Tras una sesión matutina, ahora en la piscina, Jakob espera hambriento la llegada del almuerzo, que prepara su hermano Henrik. “Estoy empezando a tener hambre”, admite entre risas.
Comida: sencillo, equilibrado y sin complicaciones
La comida del mediodía consiste en albóndigas con salsa de tomate, cuscús y verduras salteadas (pimiento, cebolla, etc.). Una comida completa en proteínas, carbohidratos y vegetales. “Es fácil, buena proteína, buenos carbohidratos, y ligera”, resume Jakob.
Cena no típica
La cena, según reconoce, no es típica: han decidido hacer una barbacoa. Pero eso no significa excesos, más bien variedad. Carne de vacuno, pollo, hamburguesas, maíz, espárragos, pimientos, cebolla, ensalada de aguacate y pepino y patatas al horno.
Jakob muestra con orgullo su nueva barbacoa de cuatro fuegos: “Cabemos vaca, cerdo, pollo y vegetales a la vez. Perfecta”. Si bien no es una rutina diaria, sí refleja que incluso en los días especiales, la base es una alimentación completa y variada, rica en nutrientes.
El snack nocturno: sí, también hay caprichos
Para cerrar el día, Jakob reconoce que suele comer un snack o algún crujiente salado. Nada fuera de lo común, pero como él mismo recuerda: “Lo más importante es comer lo suficiente”. Especialmente en deportistas que entrenan varias horas al día, no ingerir suficientes calorías puede impedir la recuperación, debilitar el sistema inmunológico y afectar el rendimiento. “Lo más importante es alimentarse bien para poder aprovechar todo el trabajo que estás haciendo”, concluye.