Las ves en escaparates, combinadas con vaqueros o leggins, en brunchs de domingo, en clínicas dentistas, incluso para caminar por el paseo marítimo con un smoothie en la mano, pero difícilmente las verás calzadas en los pies de los corredores (para lo que han sido concebidas). Hablamos de las zapatillas On, marca que precisamente trabaja duro en los muros de Instagram pero que no rinde igual en las clasificaciones de las carreras. Y hay motivos.
La realidad es que tienen nombre de cohete, precio de gama alta y estética de escaparate pero si hablamos de rendimiento…eso es otro cantar. Y no es casualidad que apenas se vean en los pies de corredores. ¿Por qué? Podemos decir diplomáticamante que no cumplen con lo mínimo exigible para considerarse una zapatilla de running seria. Y es que no todo lo que cuesta más de 200 € y lleva espuma pasa a ser automáticamente un calzado de “rendimiento”.
Sensaciones chiclosas y adherencia mejorable
La tecnología Cloudtec, con sus famosas cámaras de aire visibles, fue desarrollada por Olivier Bernhard inspirándose en una manguera de jardín. El concepto suena romántico, pero no ha evolucionado al nivel que demanda el corredor habitual.
La experiencia de correr con ellas se resume rápido: blanda sin rebote, cómoda pero sin chispa ni sujeción, y amortiguada hasta el punto de parecer que llevas chicles ruidosos bajo los pies cuando acumulas kilómetros.
La tecnología CloudTec suena muy bien en el marketing, pero en la práctica no hace más que aplastar la pisada con un recorrido tan largo que anula cualquier sensación de agilidad o reactividad. “Parece que corres sobre una esponja mojada”, nos decía Marta L., técnica de producto en una tienda especializada en Barcelona. “Mucha estética, poca alma”.
El compuesto Helion es, como mínimo, curioso: ni blando del todo, ni firme del todo, ni dinámico en ningún escenario. Se nota amortiguado, pero a base de hundirte y frenarte. Y si pesas más de 70 kg, esa compresión tan generosa hará que acabes notando cierta deriva en cada zancada. A ritmos vivos, colapsa, es como correr sobre barro.
Por ejemplo, en el caso de las On Cloudflow 5 hay muchos detalles que ensombrecen la experiencia. El tejido genera pliegues al flexionar que pueden llagar en carrera, mal ajuste del talón y la espuma da síntomas constantes de fatiga. En general, falta ese punto de rebote o dinamismo que se espera de una zapatilla rápida.
Las icónicas Cloudsurfer 2, sobre todo vendidas para calzar en el día a día y a gente mayor para caminar, no resuelve el problema de amortiguación que sufre con el uso y se queda corta en todas sus vertientes técnicas.
Otro modelo Premium, Cloudboom Strike, repite varios errores ya vistos en otros modelos de la marca (además del precio): poco control e inestabilidad en la pisada, falta de ventilación, roces que causan laceración y excesivo desgaste.
Problemas de adherencia y estabilidad

Donde más fallan, y esto es grave para una zapatilla pensada para correr, es en la adherencia al suelo. La suela patina fácilmente cuando el terreno no es completamente seco o es mínimamente deslizante. Cualquier apoyo agresivo, y la estabilidad se esfuma. No nos ha transmitido seguridad en todos los modelos que hemos probado.
La sensación, en conjunto. es que invitan más a caminar que a correr. Literalmente: son una buena solución entre quienes buscan ‘andar con estilo’. Los propios vendedores reconocen que se venden más como sneakers de paseo que como calzado técnico.