Desde hace muchos meses, Jakob Ingebrigtsen y su familia están viviendo una situación que nadie desearía. El menor de los hermanos Ingebrigtsen (varones, porque tiene una hermana menor) denunció a su padre por abusos y violencia doméstica durante muchos años. El progenitor, Gjert, fue durante muchos años de su carrera su entrenador. Hasta que Jakob y sus hermanos (Henrik y Filip) decidieron separarse y autogestionar el entrenamiento. Tampoco le ha ido mal todo este tiempo yendo por su cuenta al noruego.
El juicio contra Gjert, en el que Jakob y su hermana son la acusación, ha quedado visto para sentencia. Se espera un veredicto para mediados de junio. Veremos qué decide el maestrado respecto al padre de la familia. En el país escandinavo no hay unanimidad sobre cuál será la pena.
En cualquier caso, según informa el portal noruego ‘NRK’, el campeón olímpico de los 5.000 metros hizo una última intervención en el juicio. “Me gustaría hacer unas breves palabras de cierre”, dijo Jakob Ingebrigtsen, poniéndose de pie al final de la jornada judicial.
Declaraciones
“Para mí y mis hermanos el proceso judicial en Sandnes ha tenido consecuencias muy dolorosas. Los abogados defensores han atacado mi credibilidad, como siempre lo ha hecho el acusado. Sé lo que he experimentado con el acusado desde que era pequeño. Y no he tenido motivos para mentir. Es vergonzoso ser víctima de violencia doméstica. Y no encaja en la imagen que tienes de ti mismo”, añadió.
“Muchos niños experimentan desafíos similares a los que hemos contado. Muchos lo tienen peor. Espero sinceramente que esto no se olvide cuando se apaguen las cámaras aquí en el tribunal de distrito. Siento una gran sensación de alivio ahora que ya no tenemos que ocultar mi historia”, sentenció.
Por su parte, Gjert Ingebrigtsen prefirió no hacer declaraciones en la última vista.