El entrenador noruego Gjert Ingebrigtsen ha roto su silencio tras el mediático juicio que lo enfrentó a su familia. En una entrevista concedida a The Athletic y recogida por The New York Times, Gjert abordó por primera vez con detalle las acusaciones de abuso físico y psicológico que sus hijos Jakob e Ingrid presentaron ante la justicia noruega.
El veredicto, emitido el 16 de junio, lo declaró culpable de un único cargo de agresión contra su hija Ingrid y lo absolvió de todas las demás acusaciones. La sentencia fue una pena de prisión de 15 días y el pago de 10.000 coronas noruegas (unos 970 dólares). “Para nuestra familia, perdimos mucho”, dijo Gjert en la entrevista.
“Claro que hay un ganador”
“Por supuesto que hay un ganador cuando se dicta una sentencia y se emite un veredicto”, aseguró. “Nunca hablaré de esto como si fuera una victoria. Para mí, esto ya se terminó. Siento mucho que hayamos tenido que pasar por esto”.
Jakob, bicampeón olímpico, afirmó: “Me he convertido en una máquina que actúa cuando se le ordena; un atleta que rinde muy bien bajo presión y en condiciones inhumanas”. Ingrid, ahora de 18 años, declaró que se sentía “atrapada” en su propia casa y “completamente acosada” por su padre.
Gjert reconoce el incidente con la toalla, pero minimiza su gravedad en el contexto del caso. “Fue un incidente desafortunado. Tuvimos una discusión acalorada por un asunto doméstico. A veces haces cosas que no te representan. Es muy desafortunado y realmente lo lamento. Pero es una cosa menor en comparación con los cargos que se me presentaron”, dijo.
Pese a ello, decidió no apelar. “Cuando ves la larga lista de cargos realmente serios y todo termina en esta ‘cosa’, no vale la pena arrastrar a la familia. Puedo vivir con ello”, afirmó.
Una familia rota… y vecina
A pesar de vivir “a menos de 300 metros” de las casas de sus hijos, Gjert admite que no ha hablado con Jakob, Filip ni Henrik desde la ruptura profesional y familiar. “Todavía no los contactaré. Estoy esperando que ellos lo hagan si quieren hablar. Todo sigue siendo muy tenso. Muy reciente. No voy a intentar normalizar nada”.
Sobre su rol como padre, admite: “Tal vez no tuve —o no me tomé— el tiempo para estar más atento, especialmente con Ingrid y sus necesidades. No fui lo suficientemente padre para ella… porque el entrenador se impuso. Esa reflexión la hice hace tiempo. Me disculpé con ella por haber estado demasiado centrado en otras cosas, especialmente con Jakob y los chicos”.
El presente como entrenador
A pesar del conflicto familiar, Gjert ha continuado entrenando atletas de élite, como Narve Gilje Nordas, subcampeón europeo de 1500 metros. Aunque la Federación Noruega de Atletismo le niega acreditaciones para competiciones, el entrenador no se muestra afectado personalmente. “Ese es un problema para mis atletas. No para mí. No están castigándome a mí. Están castigando a Narve, que es quien necesita acreditación para tener a su entrenador. Yo no la necesito”.
Su estilo como técnico tampoco parece haber cambiado. “Sigo siendo el mismo. Pero tal vez soy un poco más blando. Estoy envejeciendo, más experimentado. Me gustaría pensar eso. Como entrenador, quiero hacerlo a mi manera. Esa es la única forma que conozco. Si no puedo tenerlo a mi manera, no tiene sentido estar en esto. No estoy en esto por mí, estoy en esto por los atletas. Espero que sigan mi guía”.
