El recorrido de La Vuelta 2026 vira al Mediterráneo (y se olvida del norte)

Un recorrido “mediterráneo” con dureza desde el km 1

Según el roadbookn oficial, La Vuelta 26 tendrá 21 etapas, 3.275 km y un desnivel positivo total de 58.156 metros, con dos contrarrelojes individuales y una distribución que mezcla etapas llanas/onduladas con un buen puñado de montaña.

• 4 etapas onduladas
• 1 etapa ondulada con final en alto
• 4 etapas llanas
• 4 etapas de media montaña
• 6 etapas de montaña
• 2 contrarreloj individuales
• 2 días de descanso

El guion arranca fuerte: CRI de 9 km en Mónaco (salida y llegada en el Principado), para dar paso a dos jornadas por Francia antes de aterrizar en la alta montaña con una etapa 100% andorrana que promete ser un primer gran filtro en solo 104 km.

¿Y el norte? Ausencia total del Cantábrico… y una coincidencia inevitable

Que La Vuelta “rote” territorios entra dentro de lo normal: cada edición se construye con equilibrios entre logística, sedes candidatas, intereses institucionales y narrativa deportiva. Pero en 2026 el péndulo se va al extremo: el norte desaparece del mapa. 

Y aquí aparece la pregunta que muchos se harán, por contexto reciente: ¿tiene algo que ver con los episodios de protesta de la edición pasada ligados a la presencia de un equipo israelí, que se produjeron precisamente en el norte?

Es tentador unir puntos, pero con la información pública del recorrido no se puede afirmar una relación causal: la organización presenta la Vuelta 26 como una apuesta “mediterránea” y de gran dureza, sin entrar en lecturas externas.

Lo que sí es evidente es que un trazado así reduce exposición a ciertos focos (por densidad de público y por tradición de carreteras muy “calientes” en el norte) y concentra la carrera en territorios donde la logística puede ser más lineal.

Andalucía como “segunda Vuelta”: 10 etapas seguidas en el sur

El dato más llamativo llega en la segunda mitad: las 10 últimas etapas se disputan íntegramente en Andalucía, desde la etapa 12 (Vera–Calar Alto) hasta el final en Granada. Es un bloque regional enorme, poco habitual por continuidad y por peso específico en la general.

Ahí aparecen varios nombres con pedigrí (y uno nuevo con pinta de juez final):

Calar Alto (Almería), clásica llegada en alto.

Sierra de la Pandera (Jaén), otro viejo conocido para poner a cada uno en su sitio.

Peñas Blancas(Estepona), una de esas metas que siempre dejan imagen.

Y, sobre todo, el Collado del Alguacil (etapa 20), ascensión inédita con rampas que llegan al 20% y doble paso previo por el Alto de Hazallanas en Sierra Nevada: el típico día que no se gana La Vuelta… pero sí se puede perder.

La última etapa, aunque figura como “llana”, no será un paseo ceremonial al uso: el final en Granada incluye un circuito con varias vueltas y una subida final corta hacia la zona de la Alhambra que puede dar juego incluso a corredores explosivos.

Las “etapas trampa”: tierra y media montaña para encender la mecha

Además de los finales en alto, el recorrido se reserva un guiño modernillo: en la etapa 6 aparece un tramo de 3,5 km de camino de tierra hacia El Bartolo (a 16 km de meta). No es gravel de postal: es un punto perfecto para nervios, cortes, averías y decisiones tácticas.

Una Vuelta de dos bloques… y un final con acento andaluz

La Vuelta 2026 vende una identidad clara: salida de lujo, montaña temprana en Andorra, descenso por el arco mediterráneo y tramo final en Andalucía como gran plato fuerte, con el Collado del Alguacil como posible sentencia y Granada como cierre histórico fuera del “Madrid de siempre”.