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Amanal Petros en el Maratón de Valencia: una masterclass de ritmo

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Hay un momento muy concreto que explica mejor (que cualquier gráfica) lo que hizo Amanal Petros en la Maratón de Valencia 2025: a pocos kilómetros de meta, cuando el maratón suele convertirse en un ‘inventario de decisiones equivocadas’, Petros sonrió, habló con el atleta que tenía al lado y le chocó la mano.

No era postureo. Era un síntoma: iba controlado.

Poco después cruzó la meta en unos impresionantes 2:04:03, segundo en Valencia y con récord de Alemania, en una edición en la que también volaron (otra vez) muchos récords nacionales por el asfalto valenciano (nueve) y miles de marcas personales de corredores y corredoras populares.

Awet Kibrab marcó un 2:04:24 en su debut maratoniano, convirtiéndose en el nuevo récord de Noruega, y Suguru Osako hizo la mejor marca de Japón con 2:04:55 tras cruzar la meta en cuarto lugar.

Las mujeres también brillaron con seis récords nacionales adicionales para Bélgica, Finlandia, Australia, Austria, Nepal y Chad. Entre ellas, Chloe Herbiet logró un 2:20:38 que la llevó al tercer puesto del podio y estableció el nuevo récord belga.

En ese contexto, el 2:04:03 de Petros no es solo ‘un buen día en la oficina’: le coloca como tercer europeo más rápido de la historia y confirma algo que ya se vio meses antes cuando fue subcampeón mundial de maratón: Petros está, ahora mismo, en esa liga donde el “ir controlando” significa para nosotros ir a ritmos que solo comprendemos si estamos haciendo una serie de 400.

La clave de Petros no fue correr rápido. Fue no correr demasiado rápido cuando tocaba

La lectura más interesante de su carrerón en Valencia es el propio guion de la película: ritmo sostenido, sin picos y con un gran final en progresión.

Según los datos compartidos a partir de su registro con su Amazfit Balance 2, esto es lo más interesante:

  1. Corrió a ~2:57/km y no pasó ni un segundo en su zona 5 de frecuencia cardiaca (171–190 ppm).
  2. Pasó la mayor parte del tiempo en zona 4 (152–170 ppm), generalmente por debajo de 160 ppm, subiendo un poco en los tramos más exigentes.
  3. Remató los últimos 7 km a una media de 2:52/km, con los km 41 y 42 por debajo de 2:50/km.

Traducido al idioma de nuestro entrenador de running del club: no hipotecó la carrera en la primera media maratón. Y eso, en maratón, es prácticamente trampa xD

El “choca-maning” como métrica: cuando aún te queda cabeza (y zancada)

Ese choque de manos a falta de pocos kilómetros tiene valor porque no es emotivo: es fisiología aplicada. En mi última maratón, apenas pude levantar la cabeza para saludar a la gente de mi club de running en el kilómetro 40.

Y si a Petros todavía le sobra “cerebro” para bromear, es que:

  • No iba al límite ni mucho meno
  • Estaba ejecutando un plan a la perfección
  • Aún tenía piernas para acelerar

De hecho, en ese tramo final, los datos apuntan a una zancada que se fue por encima de 2 metros en el final.

El elefante en la habitación: el reloj Amazfit

Esta noticia tiene dos capas: la deportiva (Petros corre 2:04:03) y la comercial (Amazfit lo ficha y aprovecha lógicamente el momento para hablar de sus datos).

Amanal Petros no está diciendo “corrí así porque el reloj me hizo mejor”. Lo que viene a decir es algo más sensato: cuando quieres ir a ritmos muy concretos y regulares, necesitas referencias fiables para ejecutar el plan (ritmo, distancia, pulso). El reloj no pone los vatios en tus piernas, pero puede ayudarte a no equivocarte: no salir pasado, no volverte loco en una subida y no perder segundos tontos cuando más cuesta recuperarlos..

Pero conviene dejar claro algo para el lector o lectora:

El reloj (ni este ni ninguno) no te hace correr más rápido.
Petros corrió 2:04:03 por talento, entrenamiento y un día perfecto, no porque el GPS “le empujara”.

Lo que sí puede hacer el reloj es ayudarte a no liarla.
No te da vatios en las piernas, pero puede servirte para clavar el plan: no salir pasado, ajustar en subidas, controlar la deriva de pulso, y reservar fuerzas para el final.

Y ojo con la trampa mental del “mi reloj dice…”
La medición del reloj (GPS, trazadas, giros, gente, edificios) y la medición oficial del circuito la mayoría de veces no coinciden. Así que, aunque un reloj sea preciso, no hay que convertir lo que te marca en una religión.

Amazfit demuestra que no hace falta un “super tope de gama” para correr rápido.
Lo que necesitas es que el dispositivo sea consistente y preciso en lo importante (ritmo, distancia, pulso) y que te deje concentrarte en correr. Si eso lo ofrece un reloj con buena relación calidad-precio, perfecto: el ritmo lo pone el entrenamiento, no el logo o el precio del dispositivo.

En resumen: la tecnología aquí es el copiloto, no el piloto. Lo impresionante no es que el reloj marque bien: lo impresionante es que Petros fue capaz de correr un maratón entero sin salirse del guion… y aún rematar.

Se puede correr muchísimo con un dispositivo solvente, sin necesidad de irse a la gama más alta, siempre que lo que llevas en la muñeca te permita hacer lo más difícil del maratón: no perder la cabeza al principio y saber negociar con tus piernas cada km hasta llegar a la tan ansiada meta maratoniana.


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