Cuando suben las temperaturas, no hay excusas para quedarse en casa. El verano es una gran temporada para salir a mover el cuerpo, disfrutar del aire libre y recargar energía. Pero entrenar con calor requiere algo más que ganas: hace falta el equipo adecuado. Por ello, a continuación, te contamos cuáles son esos imprescindibles que no pueden faltar en tu bolsa en los días más calurosos del año.
1. Ropa deportiva ligera y transpirable
Uno de los errores más comunes en verano es entrenar con la misma ropa que usamos en otras estaciones. Aunque parezca algo sin importancia, la elección de las prendas influye directamente en cómo nos sentimos durante el ejercicio. Por eso, es fundamental optar por tejidos técnicos como el poliéster o el elastano, que permiten la transpiración y se secan rápidamente.
Asimismo, es recomendable seleccionar camisetas y pantalones cortos que no sean demasiado ajustados. Las costuras planas y los cortes ergonómicos te ayudarán a evitar rozaduras, sobre todo en sesiones largas o cuando entrenas bajo el sol directo.
2. Gorras, viseras y gafas de sol deportivas
El sol del verano puede ser intenso, sobre todo en las horas centrales del día. Es por ello importante saber que proteger tu cabeza y tus ojos es igual de importante que cuidar tu rendimiento físico. Una gorra o visera te ayudarán a evitar golpes de calor y te darán algo de sombra mientras entrenas.
En cuanto a las gafas de sol, elige unas diseñadas específicamente para deporte. Deben ser ligeras, con protección UV y lentes resistentes a impactos. De esta manera, evitas forzar la vista y te concentras mejor en lo que estás haciendo.
3. Protección solar
Ahora bien, por mucho que te equipes con lo último en ropa y accesorios deportivos, todo ese esfuerzo pierde valor si descuidas el cuidado de tu piel. Y es que hacer deporte al aire libre en verano sin protección solar es un error que puede traerte consecuencias a corto y largo plazo.
Por tanto, la crema solar es uno de esos básicos que nunca debe faltar en tu bolsa. Es decisivo elegir una de alta protección (SPF 30 o superior), que sea resistente al sudor y al agua. Recuerda aplicarla al menos media hora antes de salir, y reaplicarla si el entrenamiento se prolonga o sudas en exceso.
4. Zapatillas adecuadas para el calor
Otro punto clave es el calzado. Aunque parezca obvio, muchas veces usamos las mismas zapatillas durante todo el año sin pensar en cómo afecta el calor a nuestros pies. En verano, es preferible apostar por modelos más frescos, con tejidos transpirables y buena ventilación.
De hecho, hay zapatillas diseñadas exclusivamente para climas cálidos. Estas permiten que el pie respire, reducen la acumulación de sudor y ayudan a prevenir ampollas. Además, suelen contar con suelas adaptadas a terrenos secos y resbaladizos, algo muy común durante el verano.
5. Hidratación práctica y constante
Por último, está la hidratación. Cuando entrenamos con calor, el cuerpo pierde más agua a través del sudor, lo cual puede afectar directamente al rendimiento e incluso poner en riesgo tu salud si no se repone a tiempo. Por esta razón, debes llevar siempre una botella de agua.
Y si tu entrenamiento es largo o muy intenso, puedes añadir electrolitos a tu bebida para reponer sales minerales y evitar calambres o mareos durante entrenamientos exigentes. Un consejo extra: no esperes a tener sed; bebe pequeñas cantidades cada cierto tiempo.
Como ves, entrenar en verano tiene sus trucos, y contar con el equipo correcto marca la diferencia. Así que, la próxima vez que vayas a moverte al aire libre, prepara tu bolsa con estos básicos deportivos
