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Grand Slam Track se estrella: Michael Johnson cancela la última cita en Los Ángeles

Grand Slam Track

El ambicioso proyecto del exvelocista olímpico Michael Johnson no despega: la gran final  queda cancelada y la temporada inaugural termina antes de tiempo.

Lo que nació como una revolución para cambiar el atletismo desde dentro ha terminado en retirada. La Grand Slam Track (GST), el ambicioso proyecto liderado por Michael Johnson, ha cancelado su cuarta y última parada en Los Ángeles, prevista para los días 28 y 29 de junio. La noticia la ha confirmado la propia organización en un comunicado oficial publicado en redes sociales, en el que habla de “replantear el formato para garantizar la viabilidad futura de la liga”.

Una despedida inesperada para un circuito que apenas llevaba tres etapas y que prometía transformar el atletismo con un formato ágil, estrellas internacionales y premios millonarios.

Una despedida improvisada

La cancelación fue anunciada primero a los atletas y más tarde explicada por el propio Johnson en redes sociales. El desenlace: solo una promesa vaga de regreso en 2026 y un mensaje de disculpa por “no haber podido cumplir con las expectativas”.

El comunicado oficial habla de “revaluar algunos aspectos clave de la liga”, de “escuchar a los atletas” y de querer construir “una experiencia deportiva sostenible”. En la práctica, el circuito se despide dejando más preguntas que respuestas.

Problemas desde la salida

Desde su inicio, la Grand Slam Track ha vivido más de expectativas que de realidades. La primera parada en Kingston, Jamaica, dejó vacías las gradas; Miami no logró enganchar al público local y en Filadelfia parecía que remontaba con un cambio en el formato, que pasó a dos días de competición. Ni el carisma de Johnson ni los 100.000 dólares por victoria encendieron el interés por una liga que se planteaba como alternativa directa a la Liga del Diamante.

Lo que debía ser una fórmula más rápida, visual y rentable se fue torciendo. Retransmisiones con poca audiencia, sedes con escaso tirón, una planificación apretada en plena temporada…y, finalmente, la cancelación de la final.

La versión oficial

Según el mensaje publicado por la propia GST, la decisión de no celebrar la última reunión obedece a una necesidad de “replantear el enfoque estratégico y escuchar el feedback recibido por atletas y agentes“.

Otras fuentes afirman que la cancelación responde, sobre todo, a un desembolso que la organización no estaba en condiciones de asumir, de 3 millones de dólares estimados en costes logísticos y premios de la última etapa.

Sin pista, sin premios

Deportistas como Kenny Bednarek, Gabrielle Thomas, Diribe Welteji o Matthew Hudson-Smith se han quedado sin una final que les permitía acceder a premios adicionales por regularidad.Para muchos atletas, era una oportunidad de obtener ingresos importantes fuera del calendario oficial.

¿Un modelo imposible?

Michael Johnson, ha prometido una vuelta en 2026 con “una base más sólida y un formato mejorado”. Pero la credibilidad del proyecto ha quedado tocada. La realidad ha demostrado que levantar una liga profesional desde cero, sin apoyo directo de las federaciones ni el respaldo de grandes patrocinadores, es una tarea titánica.

Grand Slam Track aspiraba a cambiar el atletismo desde dentro, pero ha terminado chocando con la dura realidad: la tradición, la logística y el dinero pesan más que las ideas.

 


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