Es muy difícil ser medalla de plata en un Europeo de cross. Pero María Forero, a los 21 años, lo ha vuelto a lograr en la categoría sub23
“Es un talento natural, es como un caballo loco de la montaña que solo hay que domarlo”, dice de ella su entrenador José Enrique Villacorta. Y ella, María Forero, lo dice de otra forma. “Hay que salir con la idea de ganar o sino no lo harás nunca”, avisó antes de correr hoy el Europeo de cross de Antalya (Turquía) en la categoría sub 23.
Y en la última recta María iba primera. Había salido primera del último obstáculo de los troncos. Y hubiese sido primera si la británica Phoebe Anderson no aparece como un avión. Pero ése es el precio de moverse entre las mejores, donde las palabras cambian de significado en décimas de segundo.
Pero María lo advirtió rápido y María supo conservar la segunda plaza, la medalla de plata, porque el atletismo también reconoce la frialdad frente a la adversidad. “He corrido lo más inteligente posible”, explicó ella misma en meta. “He jugado mis cartas lo mejor que he podido”.
Por eso, dos años después de ser campeona de Europa de cross sub 20 en Piamonte (Turin), María ha vuelto a sus orígenes. La chica de Huelva ha regresado al podio, donde su fotografia encaja a la perfección. “La única presión que me meto es la mía, la de mi trabajo. Tengo la presión justa como para no decepcionarme a mí misma. Intento que no me entren presiones de fuera porque eso es algo que te destruye”, réplica.
María es una chica que, fiel a la tradición familiar, estudia enfermería. La diferencia es que ella estudia en León . “La intuición me llevó a León “, explica ella misma, que vive en el Centro de Alto Rendimiento y que entrena bajo las órdenes de José Enrique Villacorta, un tipo que se las sabe todas y que le ha convencido de que las prisas no existen.
-Si le pones la rienda muy corta y le agarras mucho, sabes que va a saltar. Tienes que ir poco a poco -explicó Villacorta acerca de María en Relevo.
De momento, su currículum en el cross es una caja de bombones. Tiene 21 años, un talento que sabe utilizar y que ha perfeccionado en Castilla León. “Este año ha sido muy duro”, explicó en línea de meta. “Me ha costado muchísimo estar lejos de mi madre estos meses. Por eso esta medalla se la dedico a ella”.
Esta vez le ha faltado el cambio que tuvo hace dos años en Turin. Pero lo importante es que María (que ya ha sido internacional absoluta, décimotercera en el 5.000 del Europeo de Roma) es un inteligente proyecto a largo plazo. El futuro impartirá justicia, pero, de momento, no se puede hacer mejor. Nada más llegar a León, su entrenador ya le avisó de que iba esto:
-El atletismo es un juego para ti -le dijo-. Quizá en un futuro pueda ser algo más interesante, pero de esto no se vive. Hay que tener tu carrera, tu formación, tu salida.
Y por eso este también es el triunfo de una futura enfermera, María Forero Pérez (2003), la onubense de León que no tiene miedo a la ambición:
-Hay que salir siempre a ganar porque sino no vas a ganar nunca.