Una de las imágenes de estos últimos Campeonatos del Mundo de Tokio la dejó el que se coronara rey mundial del 1.500 en Budapest en 2023. Josh Kerr defendía corona en la capital nipona, pero en la gran final, en la que era uno de los favoritos, se lesionó y terminó cojeando y muy lejos del resto de sus oponentes. La imagen del vigente campeón llegando a meta en un crono totalmente alejado de su potencial y rivales renqueante copó las redes sociales. Quien le arrebató la corona fue el portugués Isaac Nader con una marca bastante discreta de 3:34. Por delante del compatriota de Kerr Wightman y del keniata Reynold Cheruiyot.
Kerr entró último, el 14º, con un tiempo de 4.11.23. Fue en la penúltima vuelta cuando se rompió y luego quiso terminar por orgullo cuando quizás lo lógico hubiera sido retirarse. Unas semanas después de todo aquello, el británico ha hablado de todo. El atleta de 27 años reveló que el problema se originó como una “distensión menor” después de un “estiramiento excesivo” cerca del final de su semifinal.
Lo intentó
“Confié mucho en mi equipo médico y nos acercamos bastante”, dijo en Instagram. “Me sentía bastante confiado en llegar a la final y estaba listo para darlo todo, pero cuando faltaban 600 metros para el final, me lesioné la pantorrilla por completo”.
Kerr continuó la carrera, se arrastró hasta la meta y admite que “definitivamente hizo más daño” en los últimos 600 metros. Los exámenes posteriores determinaron que sufre un desgarro muscular de grado dos, pero el escocés no se arrepiente de haberse obligado a completar la carrera. “Mi trabajo es llegar a la meta lo más rápido posible y eso es a lo que quería comprometerme: nunca se sabe lo que puede pasar en estas carreras”, añadió. “Es frustrante y el regreso será interesante, pero ya estoy mejorando y definitivamente siento la pasión por 2026”, añadió.
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