Más muertes y tragedias en Kenia. Casi cada día aparece una nueva. Todo, bajo esa sombra del dopaje cada vez más intensa y oscura que se bate sobre el atletismo de este país de referencia del fondo y mediofondo mundial. Recientemente, reportábamos las muertes de Kipyegon Bett (oro en el Mundial sub’20 en la distancia de 800 metros en Bydgoszcz (Polonia) y bronce mundial en la misma modalidad en el Mundial de Londres de 2017) y de Samson Kandie, maratoniano de 53 años vencedor, entre otras, del Maratón de San Sebastián, el de Hokkaido o el de Viena. El primero, presuntamente, por suicidio; el segundo, tras recibir una paliza de unos ladrones.
Drama
Este miércoles se ha reportado el fallecimiento de otro atleta, Clement Kemboi, oro en los 3000 obstáculos en los Juegos Africanos de Brazzaville, en el Congo, en 2015. El keniata tenía una marca personal de 8:10.65 en los 3.000 metros obstáculos y su cuerpo fue hallado colgando de un árbol en la granja de la escuela secundaria Saint Patricks, en Koisingur.
Según medios del país africano, Kemboi se habría quitado la vida.