Todos hemos estado ahí: calzado ajustado, dorsal colocado, nervios al máximo… y, de repente, ese retortijón traicionero. La naturaleza no entiende de líneas de salida, y parece tener un gusto especial por arruinar maratones. Pero, ¿y si te dijéramos que hacerle caso a tu intestino podría ser la clave de tu mejor marca personal?
Así lo desvela Canadian Running Magazine. El Dr. Chia-Hua Kuo, eminencia del Departamento de Salud y Educación Física de la Universidad de Educación de Hong Kong, lo tiene claro: la defecación previa a la carrera es un factor de rendimiento. Tu éxito puede depender de lo que dejas en el baño… y no en la pista.
“Vaciar el intestino antes de competir puede retrasar la fatiga, mejorar la concentración e incluso optimizar el flujo sanguíneo”, explica el Dr. Kuo.
Mejor fuera que dentro
Conocido como “la ciencia de la evacuación estratégica”. Porque resulta que no se trata solo de evitar un desastre en los kilómetros 12 o 35: se trata de rendimiento, neuroquímica y control intestinal. Según el Dr. Kuo, el intestino es como el copiloto silencioso del corredor. Si no está en sincronía, el viaje puede ser turbulento. Defecar antes de correr reduce el estrés gastrointestinal, mejora la absorción de nutrientes y, lo más importante, evita que tengas que elegir entre parar o… improvisar.
Así que ya sabes: la próxima vez que te rías de los nervios precompetitivos y corras al baño, recuerda que no estás huyendo del miedo, sino corriendo hacia la gloria.
