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Carta abierta por la igualdad de Kilian Jornet en el 8 de marzo

Kilian Jornet
Foto: itra.run

El trail running es sinónimo de libertad, de recorrer montañas sin más barreras que las que impone la propia naturaleza.

Pero, ¿y si esas barreras fueran más que físicas?.

En una carta abierta con motivo del 8 de marzo publicada en itra.run, Kilian Jornet pone el foco en una realidad incómoda: el mundo del trail sigue dominado por hombres, no solo en participación, sino en cultura, reconocimiento y oportunidades.

Con su característico estilo directo, el mejor corredor de montaña de todos los tiempos desmonta los prejuicios del “club de los chicos”, denuncia el lenguaje sexista que sigue presente en el deporte y señala cómo la falta de estudios sobre mujeres atletas perpetúa entrenamientos diseñados para cuerpos masculinos.

Pero no se queda en la crítica. Jornet propone acciones concretas para que los hombres -sí, nosotros- dejen de ser meros espectadores en la lucha por la igualdad y se conviertan en agentes de cambio dentro y fuera de los senderos.

Porque el trail running debería ser, ante todo, un espacio donde cualquiera pueda desafiarse sin tener que demostrar que merece estar ahí.

¿Estamos listos para asumir nuestra parte de responsabilidad?

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Foto Roger Salanova

Carta abierta de Kilian Jornet publicada

El trail running es un deporte ampliamente dominado por hombres blancos cisgénero, a menudo de entornos privilegiados económicamente.

Y aunque les guste creer que son una comunidad abierta y acogedora, la realidad es que nuestro deporte no está ausente de sexismo, exclusión y discriminación.

Reconociendo el problema

La mayor parte de nosotros hemos crecido rodeados de una cultura reforzada por ciertos ideales de belleza y fuerza. Los medios, las marcas y nuestras propias comunidades tienden a destacar atletas hombres con físicos musculosos promoviendo estándares poco reales o muy limitados para las mujeres.

También utilizamos lenguaje inapropiado en el deporte. Expresiones como “don’t be a sissy”, “last one is a sissy “en inglés o “maricón el último”, “no seas nenaza” en español o “quel pédé”, “il court comme une fille” en francés – todos más o menos sinónimos -… o cuando nos equivocamos, cuando nos enfadamos gritamos “¡la puta!” lo que equipara la debilidad con ser gay o mujer.

Estas expresiones son comunes incluso en conversaciones casuales. Todos hemos oído comentarios sexistas como “incluso una mujer puede hacer esto” o hemos visto los logros de las mujeres cuestionados o despreciados. Estas palabras, nos demos cuenta o no, dan forma a la cultura de nuestro deporte.

Hay pocos estudios con mujeres atletas, lo que significa que los métodos de entrenamiento están claramente basados en la fisiología masculina. Esto refuerza la percepción que los hombres son de forma inherente más capaces, a pesar de la evidencia que las mujeres excelen en estos eventos.

La cultura del “Club de los chicos”

En muchos equipos y grupos de entrenamiento, la mentalidad del “Club de los chicos” persiste, los chistes racistas, homofóbicos o sexistas son vistos como diversión inofensiva. Las mujeres que entras en este entorno se enfrentan a menudo a la exclusión, cosificación o formas más sutiles de discriminación. Cuando hablan, a menudo se encuentran con “mansplaining”, una actitud condescendiente con la que los hombres asumen saber más, sea sobre entrenamiento, competición o incluso las experiencias de las mujeres en competición.

Mientras, los estándares de belleza de la sociedad también tienen su papel el dar forma a la percepción de qué aspecto debe tener un atleta “fuerte”. Admiramos a los hombres por ser musculosos, pero si una mujer desarrolla una musculatura visible o vello en el cuerpo, es indeseable. Este doble rasero crea una presión adicional para las mujeres atletas.

¿Qué podemos hacer?

Es fácil pensar que la desigualdad de género en el deporte es una “lucha de las mujeres”. Pero si realmente queremos un trail running más inclusivo, los hombres necesitan tomar un papel activo en este cambio de cultura. Podemos empezar por aquí:

1. Huye de la mentalidad del “Club de los chicos”

  • Evita chistes racistas, homofóbicos o racistas, aunque se excusen en el humor.
  • El lenguaje que usas refleja lo que asumimos sobre las mujeres en el deporte.
  • Apoya una cultura en la que las mujeres sean vistas como iguales, no sólo en rendimiento si no en conocimiento y liderazgo.

2. Aprende a callar y escuchar

  • En lugar de explicar cosas a las mujeres, escucha sus experiencias.
  • Evita asumir que nuestro conocimiento es superior simplemente porque llevamos en el deporte más tiempo o tenemos diferentes experiencias.
  • Anima y amplifica la voz de las mujeres en entrenamiento, medios y posiciones de toma de decisiones.

3. Desafía nuestros propios prejuicios

  • Reconoce que la fuerza y la resistencia tienen muchas formas, no sólo las tradicionales asociadas a la masculinidad.
  • Respeta los métodos de entrenamiento de las mujeres sin cuestionar su legitimidad.
  • Apoya más investigación sobre la fisiología femenina y sistemas de entrenamiento que tengan en cuenta las necesidades específicas de las mujeres.

4. Deja espacio para las mujeres

  • Si estás en una posición influyente — seas atleta, entrenador o embajador de una marca — aboga por la igualdad de oportunidades, visibilidad y patrocinio para las mujeres en el trail running.
  • Apoya entornos de entrenamiento de género mixto que promuevan la inclusión en lugar de reforzar la división.
  • Anima a marcas y organizadores a invertir en premios y cobertura de medios equitativos y en políticas de apoyo a la mujer en el deporte.

Un deporte para todos

El trail running va de libertad, exploración y superar límites. Pero para sentir verdaderamente estos valores, necesitamos asegurar que cualquiera – más allá de su género -se sienta igualmente bienvenido, respetado y empoderado. Esto empieza con nosotros, los hombres en el deporte, reconociendo nuestro papel en mantener o acabar con las barreras a las que se enfrentan las mujeres.

La igualdad en el trial running no es sólo una cuestión de números de participación, a de crear un entorno en el que las mujeres puedan avanzar sin tener que luchar por respeto en cada escalón del camino.

Es hora de asumir la responsabilidad y ayudar a hacer el deporte mejor para todos.


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