El Estudio EuroTrack 2023 sobre Pérdida de Audición y Uso de Audífonos revela que el 60% de los españoles sufre algún problema de audición. Este estudio es el más completo en Europa sobre este tema y analiza de manera comparada cómo es la situación en España y otros países europeos.
En concreto, son unos 4,6 millones de españoles quienes padecen hipoacusia, sordera o deficiencia auditiva. Estos problemas son más visibles a partir de los 50 años, pero en ese rango de edad solo 4 de cada 10 afectados utiliza audífonos para mejorar sus niveles de audición.
Por suerte, estos dispositivos comienzan a ser más comunes, ya que su uso ha aumentado con respecto al año 2020, aunque todavía sigue siendo bajo. Muchos usuarios argumentan que utilizar audífonos es incómodo, que sus deficiencias de audición no son tan acusadas o que al usar los aparatos no van a recuperar su audición normal.
En el otro lado está tanto la comunidad médica como las firmas que desarrollan estos dispositivos, que señalan las bondades de los audífonos. Un ejemplo son los audífonos invisibles, que son los más discretos desde un apartado estético y son ideales para personas con pérdidas auditivas leves o moderadas.
Y es que, especialmente en los últimos años, la evolución de los dispositivos que mejoran la audición ha evolucionado mucho, dando lugar a los ya citados audífonos invisibles, pero también a otros que se adecúan a todo tipo de pérdida auditiva, como los audifonos retroarticulares.
¿Cómo funcionan los audífonos?
Los audífonos son aparatos que pueden estar más o menos personalizados en función de la pérdida auditiva de cada paciente. No son simples altavoces que aumentan los sonidos, sino que se ajustan a las necesidades correctivas de las personas que los usan.
Son, en resumen, pequeños equipos informáticos que ayudan a las personas a ganar en audición y se integran en el pabellón auditivo o el canal auditivo externo. Para ello disponen de cinco componentes principales: micrófono, procesador, amplificador, receptor y una pila o batería.
El micrófono (pueden ser dos) recoge el sonido y lo convierte en una señal eléctrica o digital con la ayuda del procesador. A continuación, el amplificador aumenta la fuerza de esa señal y en algunos dispositivos es manipulada mediante un tratamiento avanzado. Más adelante, el receptor transforma esa información nuevamente en sonido y lo envía al oído interno.
Audífono frente a amplificador de sonido
Según define la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, el audífono es un producto sanitario que amplifica y procesa los sonidos. Su finalidad es corregir o compensar deficiencias auditivas. Por tanto, solo se venden establecimientos y centros especializados autorizados por Sanidad. En ellos participan tecnologías de control de ruido ambiente, se pueden personalizar a los clientes y se equipan con sistemas de conexión vía Bluetooth, wireless, FM y otros.
Por su parte, los amplificadores de sonidos no son productos sanitarios. Se pueden encontrar a la venta en más establecimientos además de los sanitarios. Eso sí, su uso prolongado puede ser peligroso para el oído. Estos aparatos únicamente aumentan el volumen de sonido y los pueden utilizar personas con audición normal, sin necesidad de adaptación personalizada.
¿Cuáles son los audífonos más comunes?
Aunque existen muchos criterios para diferenciar los tipos de audífonos, la clasificación más común hace referencia al tamaño, el lugar donde se colocan y el grado de amplificación del sonido. En este sentido, los aparatos más frecuentes son los audífonos retroarticulares, los intrauriculares y los del canal auditivo.
Estos últimos van insertados dentro del oído, como ocurre con los audífonos invisibles. Por su tamaño no se recomiendan para niños pequeños y personas con pérdida de audición severa o profunda.
Los intrauriculares tampoco están aconsejados para niños. Se colocan íntegramente en el oído externa y tienen un rango muy amplio de validez, pues son útiles tanto para personas con pérdida de audición leve como para quienes tienen muchas dificultades de escucha.
Otros dispositivos ya comentados son los audífonos retroarticulares, que los pueden utilizar personas de todas las edades. Están compuestos por un estuche o una caja que se coloca detrás de la oreja y son válidos para pérdidas de audición que va desde leve hasta muy acusada.
¿Cuál es el mejor audífono?
La elección de audífonos está ligada al nivel de pérdida auditiva. Si el problema proceda de los dos oídos, conviene usar dos audífonos. En cualquier caso, el primer paso es buscar la asesoría de un audiólogo o un otorrinolaringólogo.
En los centros auditivos los profesionales realizarán pruebas para determinar el grado de audición y a partir de ahí ofrecer soluciones a los pacientes. Hay que tener en cuenta el precio, el estilo de vida y las necesidades personales.
Con los audífonos no se va a recuperar el nivel de audición perdida, pero sí se reconocen con más nitidez y facilidad los sonidos y su punto de origen. Hoy en día los centros auditivos ofrecen periodos de prueba que ayudan en la toma de decisión y cuentan con excelentes profesionales para ayudar a los clientes.