El aguacate es un alimento imprescindible para quienes buscan llevar una dieta equilibrada, especialmente si practican deporte. Sus grasas saludables, vitaminas y minerales lo convierten en un aliado perfecto para la recuperación muscular y el rendimiento físico. Aunque su corta vida útil puede ser un problema. Congelarlo es una buena solución, aunque este proceso tiene algunos trucos para que el resultado sea el mejor posible.
Por qué los deportistas deberían incluir aguacate en su dieta
Si entrenas con regularidad, el aguacate puede convertirse en un gran aliado. Entre sus beneficios destacan:
- Energía sostenida: Sus grasas saludables ayudan a mantener la energía por más tiempo sin generar picos de glucosa.
- Recuperación muscular: Su alto contenido de potasio contribuye a evitar calambres y mejorar la contracción muscular.
- Vitaminas esenciales: Aporta folato y vitamina B6, fundamentales para el metabolismo de las proteínas y la regeneración celular.
- Saciedad prolongada: Gracias a su contenido en fibra, ayuda a mantenernos llenos por más tiempo, ideal para controlar el peso.
¿Se puede congelar el aguacate?
La respuesta es sí, pero con matices. Congelar el aguacate ayuda a conservarlo por más tiempo, pero puede afectar su textura y color. El aguacate es caro y perecedero. Para evitar desperdiciarlo, una de las mejores opciones es congelarlo aunque su textura puede volverse un poco más blanda.
Algunos puntos a considerar:
- Nutrientes: No perderá minerales ni calorías, pero podría reducirse su contenido de vitamina C.
- Textura: Se vuelve más blando y cremoso, por lo que no quedará igual que un aguacate fresco.
- Color: Al estar expuesto al aire, puede oscurecerse más rápidamente tras descongelarlo. Un truco es agregar zumo de limón antes de congelarlo.
- Sabor: En general, se mantiene bien, aunque el limón puede darle un leve toque cítrico.
Cómo congelarlo correctamente
Aunque se puede congelar con hueso, lo ideal es retirarlo antes por tres motivos: oxidación parcial, congelación desigual y dificultad para extraerlo después. Dependiendo de cómo lo quieras usar después, hay varias formas de congelarlo:
1. Congelar en mitades o trozos
Si lo quieres para tostadas, ensaladas o preparaciones rápidas, esta opción es ideal:
- Corta el aguacate por la mitad y quítale el hueso.
- Pélalo y, si prefieres, córtalo en trozos.
- Pincela con un poco de zumo de limón para que no se oxide.
- Envuelve en plástico o colócalo en una bolsa hermética, retirando la mayor cantidad de aire posible.
- Congela
2. Congelar en guacamole
Si lo vas a usar para salsas lo mejor es congelarlo en forma de puré:
- Pélalo y quítale el hueso.
- Tritura la pulpa con un tenedor o procesador de alimentos.
- Agrega el zumo de limón para evitar la oxidación.
- Coloca en un recipiente hermético o en una bolsa, eliminando el aire antes de cerrarla.
- Congela.
Cómo descongelarlo y aprovecharlo al máximo
Para descongelarlo, lo mejor es dejarlo en el refrigerador o a temperatura ambiente por aproximadamente una hora. Una vez listo, puedes usarlo en:
- Smoothies y batidos: aporta cremosidad y grasas saludables.
- Guacamole y salsas: perfecto para acompañar snacks saludables o platos principales.
- Untables y dips: queda delicioso en tostadas o como aderezo.
- Aliños para ensaladas: su textura cremosa es ideal para hacer vinagretas caseras.
Congelar el aguacate es una excelente manera de evitar desperdiciarlo y tenerlo disponible todo el año. Aunque su textura cambia, sigue siendo una opción deliciosa y nutritiva, especialmente si lo usas en guacamole o salsas. Si sigues los trucos adecuados, podrás disfrutar de sus beneficios sin notar demasiada diferencia con el aguacate fresco.