Desmenuzando el pelotón World Tour nos encontramos con un dato muy curioso. Entre los 18 equipos de la máxima categoría se pueden encontrar corredores de hasta 44 nacionalidades diferentes. 44 países del mundo que están representados en la primera división del ciclismo profesional. La conclusión es clara: el fenómeno de la globalización ha llegado al mundo del deporte y el ciclismo no es ninguna excepción.
Bélgica, España, Italia, Francia o los Países Bajos siguen como grandes potencias mundiales de nuestro deporte. Países que llevan años siendo referencia en el sector y que en el pasado han dejado a algunos de los mejores ciclistas de la historia. Por otro lado países como Rusia, Alemania o los Estados Unidos parecen estar lejos de tener a la mejor generación de corredores. Rusia anhela los tiempos de Konyshev y Tonkov y tras la retirada de Karpets, Kolobnev y sobre todo de Menchov el ciclismo ruso parece haber quedado huérfano de un gran nombre. Ilnur Zakarin lleva años como la eterna promesa del este pero lo cierto es que su nivel parece estar lejos de los mejores ciclistas de la actualidad.
El caso de Alemania es parecido. Jan Ullrich estaba llamado a marcar una época pero su positivo por dopaje y sus constantes altercados fuera de las carreteras mermaron tanto su imagen como su carrera deportiva. El escándalo de dopaje que finalmente afectó a prácticamente todo el equipo Telekom ensució a todo un país que a día de hoy sigue luchando por cambiar la imagen del ciclismo dentro del estado. Erik Zabel, otro gran nombre vinculado al país teutón también se retiró y aunque Jens Voigt, Tony Martin y Marcel Kittel tomaron el relevo durante algunas temporadas, a día de hoy el país sigue buscando a otro gran ciclista que lidere al país. Pascal Ackerman y Maximilian Schachmann parecen los señalados y aunque han mostrado destellos de gran calidad sigue siendo muy pronto para sacar conclusiones.
En contraposición a la debacle de estos países encontramos la irrupción de otros estados que llegan por primera vez al ciclismo o vuelven al máximo nivel tras estar unos años ausentes.
En este sentido brilla con luz propia el nombre de Colombia. El país cafetero es ya una verdadera potencia mundial y la cosa no parece ser flor de un día ni tampoco de un par de buenas “añadas”. Nairo Quintana y Rigoberto Urán marcaron un camino que rápidamente siguieron otros grandes ciclistas como Sergio Henao, Carlos Betancur o Esteban Chaves. La cosa no termina ni mucho menos aquí y es que al país sud americano parecen salirle ciclistas de debajo las piedras. Fernando Gaviria, Egan Bernal y Miguel Ángel López (con el permiso de Daniel Felipe Martínez y Ivan Ramiro Sosa) estoy convencido que tienen grandes triunfos en sus piernas y es probable que veamos más pronto que tarde a un colombiano reinar en los campos elíseos de París.
Brilla con luz propia el nombre de Colombia. El país cafetero es ya una verdadera potencia mundial en el mundo del ciclismo.
Eslovenia y Dinamarca son otras dos minas de oro para el ciclismo. Los eslovenos con un país de poco más de 2 millones de personas tienen a más de 10 corredores en el World Tour y a Primoz Roglic como un serio aspirante a grandes vueltas por etapas. Los daneses llevan años dominando las categorías inferiores, especialmente en la lucha contra el crono por lo que es muy probable que en las próximas temporadas lleguen grandes triunfos.
Pero la verdadera globalización del ciclismo llega con otros países. Con países de todo el mundo y de los sitios más exóticos del planeta. Eritrea, Emiratos Árabes, China, Etiopía, Costa Rica, Nueva Zelanda o Estonia son algunos de los 44 países que tienen al menos a un ciclista disputando las mejores carreras ciclistas del mundo.

Ver a asiáticos o africanos compitiendo codo con codo con ciclistas europeos es todo un orgullo para el mundo del ciclismo. La UCI y su centro de alto rendimiento que cada año acoge a ciclistas de todo el mundo tiene gran parte de la culpa y es que en el fondo el ciclismo debería ser un deporte 100% integrador. El material juega un papel importante en el rendimiento del deportista y durante años ha sido un hándicap insalvable para muchos países pero actualmente con los proyectos solidarios vinculados al ciclismo empieza a constatarse que en igualdad de condiciones todos los países pueden tener sitio en el mundo del profesionalismo.
No sería de extrañar que en los próximos 10 años veamos a un ciclista negro ganar el Tour de Francia, la Vuelta a España o alguna de las mejores clásicas de un día del calendario ciclista. Los africanos han demostrado sobradamente en el mundo del atletismo que son los reyes de las pruebas de fondo, así que por qué no soñar en grande y pensar que en poco tiempo un ciclista del continente africano o asiático puede partir en la lista de favoritos.
De momento Europa sigue siendo la primera potencia mundial con 26 países diferentes, seguida muy de lejos por los 7 de América, los 5 de Asia, los 4 de África y los 2 de Oceanía.
Os dejamos con la lista completa de los 44 países que encontramos dentro de los 18 equipos World Tour
Francia
Lituania
Alemania
Suiza
Luxemburgo
Finlandia
Bélgica
Estados Unidos
Italia
Kazajistán
España
Colombia
Dinamarca
República Checa
Canadá
Eritrea
Japón
Eslovenia
Australia
Taiwán
Ucrania
Austria
China
Reino Unido
Irlanda
Eslovaquia
Polonia
Portugal
Países Bajos
Argentina
Ecuador
Estonia
Nueva Zelanda
México
Noruega
Suecia
Etiopia
Sudáfrica
Costa Rica
Rusia
Letonia
Bielorrusia
Croacia
Emiratos Árabes