Kelvin Kiptum falleció de forma repentina, en la cúspide de su éxito. Cuando apenas hacía unos meses que había batido el Récord del Mundo de maratón en Chicago. Un accidente de tráfico acabó con la vida del que sigue siendo el hombre más rápido de la historia en el maratón. Kiptum murió con una buena fortuna, más aún tratándose de un país como Kenia. Pero pese a ese dinero que dejó su hijo antes de morir, han salido a los medios sus padres para comunicar la precaria situación en la que se encuentran.
El padre de Kiptum, Samson Cheruiyot, pastor de la aldea de Chepsamo en el condado de Elgeyo Marakwet, compartió las dificultades de la familia en un video reciente que circuló en las redes. “Lo que quiero decirles a los kenianos es que nos ayuden, ya que la situación no es buena. Intentamos comunicarnos con blogueros en línea, pero nos bloquearon y no sabemos por qué”, se lamentó Cheruiyot.
Penurias
A pesar de la fama y los logros de su hijo, se han quedado con poco apoyo y desafíos económicos importantes. La situación se ha vuelto particularmente grave para la familia, que dependía de Kiptum como su único hijo y sostén de la familia. En los meses posteriores a su muerte, dicen que han recibido poco más que una casa construida por el gobierno en su granja, un gesto que aprecian pero que, según dicen, es insuficiente para satisfacer sus necesidades diarias. “Cuando nuestro hijo murió, no esperábamos vivir en tantas dificultades”, continuó el padre de Kiptum. “No tenemos baño, no tenemos nada. Tenemos granos en la finca, pero no sabemos dónde almacenarlos una vez que los cosechamos. No tenemos acceso a agua bombeada; Normalmente alquilamos un tractor para entregarlo, pero ahora ya no podemos permitírnoslo”.